Carmen Sevilla continúa ingresada en una residencia de Aravaca, en Madrid, donde tiene muy restringidas las visitas. Solo acuden a verla su hijo Augusto y su amigo íntimo Moncho Ferrer. En cualquier caso, un amigo con el que tuvo mucho trato ofrece detalles sobre la última hora de su estado.
Recientemente, el empeoramiento de la salud de Concha Velasco hacía saltar todas las alarmas. Sus hijos optaron por limitar al máximo la presencia de conocidos. Al menos, hasta que no mejore su situación.
Agustín Bravo recuerda el caso de Carmen Sevilla. De la vallisoletana dijo que "sencillamente es ley de vida", cuando se encuentra próxima a cumplir los 83 años. Cree que, a partir de ahora, "vendrán altos y bajos".
El presentador pide que "esté tranquila, relajada, que la vida le vaya pasando. Y que vaya siendo feliz como ha sido siempre y nos ha hecho tan felices a nosotros".
También, se acordó de la que había sido su compañera en el Telecupón. Hace unas semanas alcanzaba los 92 años, con un gran hermetismo respecto a su estado. Augusto pretende que esté lo más tranquila posible.
Como es lógico, sus seguidores se muestran preocupados por la escasa información que les llega. Únicamente pueden ir a visitarla dos personas. Agustín Bravo explicó que sigue interesándose por ella y contacta con "Moncho, el único que va a verla".
Contó que "a veces le llamo y me dice cómo está. Siempre me dice lo mismo, que está guapísima y está muy tranquila, y eso me deja tranquilo", señaló.
Carmen Sevilla lleva ingresada en una residencia de Aravaca desde 2015. Seis años antes le habían diagnosticado Alzheimer y la familia decidió que lo mejor es que recibiera cuidados en un centro especializado. Allí, es atendida por grandes profesionales, disponiendo de los suficientes medios para que su estancia resulte lo más agradable posible.
Fue hace un mes, el 16 de octubre, cuando sopló velas. Ese día, Moncho no quiso faltar a su cita con la artista.
"Le llevé un ramo de flores y una cajita de caramelos, que le gustan mucho", señaló a la revista Pronto. Además, la sorprendió con una canción, La bella de Cádiz, que "cuando la escuchaba, me miraba muy sorprendida".
Indicó que se encuentra "estable, la cuidan como a una reina". Pese a la enfermedad, se mantiene "estupenda, muy guapa". Es un amigo muy especial, que se conocen desde 1985, cuando "coincidimos trabajando", destacó.
La que fuera presentadora de Cine de Barrio precisa de "ayuda". Explican que vive en una habitación "con todas las comodidades", donde "la peinan, la asean, la miman". Su entretenimiento es sentarse junto a la ventana y mirar al jardín.
Carmen Sevilla echó de menos a alguien muy especial
Carmen Sevilla contó que, con la presencia de Moncho y con el personal sanitario, le cantó el 'Cumpleaños feliz'. Augusto fue el gran ausente, quien prefirió ir otro día. Sabía que habría muchos medios esperándole, por lo que optó por retrasar su visita.
Su amigo asegura que ya no canta, aunque "se queda mirando mientras suena la música con un semblante muy dulce". Añade que "ya no conoce a nadie, pero en su fuero interno siempre le surge ese impulso de acariciar". En su caso, indica que "yo se lo devuelvo con besos".
Antes de que apareciera la enfermedad solía celebrar sus aniversarios en un conocido restaurante de Madrid. Allí reunía a sus familiares y amigos más íntimos en un ambiente de lo más alegre.
Carmen Sevilla vive ahora en un entorno de lo más relajado. Se levanta temprano todos los días y es ayudada por las cuidadoras a asearse y a arreglarse. Al parecer, sigue siendo una mujer muy coqueta.
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