Adara Molinero ha vuelto a su rutina diaria tras pasar más de cuatro meses en Supervivientes. La segunda finalista del reality está feliz de haberse reencontrado con los suyos, compartiendo el momento con sus seguidores.
Porque una de las cosas que ha hecho Molinero ha sido retomar sus redes para agradecerles el apoyo y saciar su curiosidad. Así las cosas, la madrileña se ha abierto en canal y ha desvelado los momentos más íntimos de su paso por Honduras.
Adara Molinero revela lo que no se ve de Supervivientes
Adara Molinero ponía rumbo a Honduras siendo consciente de que se enfrentaba a uno de sus mayores retos. La madrileña está acostumbrada a participar en los realities, pero Supervivientes nada tiene que ver con Gran Hermano o Secret Story.
El concurso de supervivencia pone a prueba la fortaleza de los aspirantes para ganar los 200.000 y saca su lado más primitivo. Durante semanas, deben hacer frente al hambre, los insectos y las inclemencias del tiempo sin más ayuda que sus habilidades.
En esta ocasión, Adara no consiguió ganar, pero quedó como segunda finalista. Un resultado más que satisfactorio para ella teniendo en cuenta por lo que ha pasado durante casi cuatro meses.
Tras el subidón de la final, toca retomar su vida y su trabajo en las redes. Ha sido ahí donde Molinero se ha puesto a disposición de sus seguidores para responder a sus preguntas. Aunque Supervivientes congrega a un número considerable de seguidores que conocen su dinámica, siguen habiendo algunas incógnitas.
La exgran hermana se ha prestado a desvelar algunas, como por ejemplo dónde hacen sus necesidades o cómo se acicalan. Hasta ahora, ningún superviviente se había mostrado tan sincero como Adara, quien no se ha dejado nada en el tintero.
Gracias a ello hemos podido saber que un cubo ejercía el papel de baño donde los supervivientes hacían sus necesidades. "Había un cubo tapado por hojas de palmera, la letrina", confiesa demostrando cómo se adaptó al entorno.
También que no tenían con qué cepillarse el pelo, por lo que Molinero empleaba sus dedos para desenredárselo. "Me lo desenredaba con los dedos o directamente no me lo desenredaba, por eso casi siempre llevaba moño", explicaba.
Adara Molinero confiesa las secuelas de su paso por Honduras
No solo Adara ha comentado cómo se las apañaba en la isla para intentar mantener una rutina de belleza aceptable. También ha desvelado en qué medida le afectaron estos casi cuatro meses de aislamiento.
Uno de los efectos que tiene en todas las famosas es la manera en que la supervivencia afecta a su salud. Concretamente en la menstruación. En el caso de Adara, esta se descontroló y "en el primer mes me vino dos veces, luego se cortó", ha confesado.
Molinero está intentando retomar su vida, pero existen ciertos hábitos que todavía no ha podido cambiar. Según ha explicado a sus seguidores, lo peor por lo que ha pasado en la isla ha sido el hambre. Como consecuencia, tras su regreso no puede evitar comer de manera compulsiva.
"Sigo comiendo como un animal, tengo miedo continuamente a quedarme sin comida o que me la quiten", ha señalado. También ha mostrado una imagen de las cicatrices que le han quedado en sus piernas, fruto de las picaduras y rasguños con la vegetación.
En esta ronda de preguntas y respuestas no podía faltar una mención a su aumento de peso. Son muchos los que se han percatado de que Adara ha engordado, algo que ha llamado mucho la atención.
Sobre ello, la madrileña ha respondido con una imagen de sus primeros días donde usa su físico delgado para explicarse. "¿De dónde pretendías que perdiera?, a mitad de concurso perdí seis kilos, luego recuperé con las recompensas del final", afirma.