Claudia es subcampeona de esgrima. "En el deporte se liga muchísimo", asegura. "Aunque en las competiciones hay que estar a lo que hay que estar".
Lo primero en lo que se fija es en la sonrisa. Mientras que su cita, Alexis, confiesa que ha tenido muchos problemas en el colegio y en el instituto.
"Siempre he sido el último, al que rechazaban. Por eso cuando estoy con alguien, me afecta mucho que me traicionen o me hagan daño".
Justo por eso, él asegura tener las ideas muy claras. Y cuando se sientan a cenar, ambos confiesan estar muy nerviosos, pero parecen tener química a primera vista.
"No me esperaba encontrarme a una campeona de esgrima con apenas 18 años", comenta Alexis tras conocer a Claudia.
E incluso tiene la confianza de contarle algo muy personal, y es que su padre se encuentra en plena transición. "Se ha convertido en mujer y se llama Estefania", confiesa.
Algo que ha dejado muy impactada a su cita. El padre de Claudia sufrió un accidente y murió cuando ella era pequeña. Por eso, ella ha vivido siempre con su madre. "Nunca me ha faltado nada".
Él le cuenta a su cita que nunca ha sido aceptado en el colegio, siempre le daban de lado. "Me comparaban con Iñigo Errejón".
En cuanto a las relaciones, Alexis deja claro que para él hay ciertos valores que son muy importantes. Y es que para tener sexo con una persona tiene que sentir amor, cuestión en la que coincide con Claudia.
Lamentablemente, los dos llegan a la conclusión de que entre ellos no había saltado esa chispa necesaria para ser algo más que amigos.
Carmelo deja claro que quiere un hombre 'de verdad'
Luis asegura que la cultura de su país le ha hecho mantenerse discreto respecto a su condición sexual.
Mantuvo una relación, pero la llevaron en secreto incluso viviendo juntos. "Me encanta el misterio", asegura.
Carmelo se define a si mismo como explosivo. Es italiano y le encanta la moda. Deja muy claro que su cita no le ha gustado a primera vista. "No es mi tipo, no me gusta".
Mientras que a Luis no se ha mordido la lengua sobre su estilo: "Va llamando la atención, demasiado andrógino. No me gusta ir de payaso".
Carmelo confiesa que le encanta ir de fiesta y bailar, pero no le gusta la música latina.
También va mucho al gimnasio y le gusta cuidarse. Además, otro punto en el que no encajan es en que al italiano tampoco le gusta cocinar. "Soy un príncipe", asegura Carmelo.
A Luis no le hace ninguna gracia eso. "¿Pero qué clase de persona piensa solo en rumbear?", se pregunta. "Su vida es trabajar de vendedor y salir de rumba. ¿Qué es eso?", insiste desesperado.
Poco después, le confiesa a Carmelo que él en Colombia no llevaba vida de gay. "No he ido nunca a un bar gay", reconoce. Y deja claro que le gustan los hombres, no los gays. Mucho menos los chicos afeminados.
Además, si lo encuentra tampoco le importa si tiene familia o está casado. Un conjunto de cuestiones que no hacen más que separarles.
Así, aprovechando el momento exacto, Carmelo no ha dudado en ir en busca del camarero Matías para ligar con él. Una cita desastrosa que ha terminado con cada uno yéndose por su lado.
Daniel siente la presión de pasar por el altar
Daniel, con 37 años, llega a First Dates presionado por su madre. "Quiere que me case ya, quiere nietos. Va siendo hora de tener algo estable, muy bonito, una familia…", asegura. Al dedicarse al mundo de la noche lo ha tenido complicado.
Su cita, Carmen, ha venido vestida de leopardo porque le encantan los animales. Ella tiene dos hijas, y curiosamente él sueña con tener una niña.
"Mi madre me está dando con el látigo ya", confiesa al respecto. "Quiere una nieta".
El único punto en el que no parecen haber coincidido es en el de los animales, ya que a ella le apasionan.
De hecho, Carmen tiene cuatro gatos, un chihuahua y dos pájaros, por lo que Daniel le dice que jamás a su casa.
Finalmente, ambos han decidido darse una oportunidad y se han ido juntos.
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