Mientras hay presentadores que no paran de aparecer en las quinielas de las distintas cadenas para ponerse al frente de nuevos programas, hay otros que siempre permanecen en una segunda fila. Me estoy refiriendo hoy a Carlos Sobera, uno de los presentadores míticos de nuestra televisión y que a lo largo de la historia ha contado con rachas diversas.
El presentador ha pasado por prácticamente todas las cadenas de televisión de este país, pero sin lugar a duda, no ha dejado de brillar desde el momento en el que entró a formar parte de la factoría de Mediaset. First Dates fue su primer proyecto en Cuatro y a partir de allí se han sucedido decenas de programas.
Cuando los directivos de Telecinco decidieron probarlo como presentador de debates de realitys, el público dudaba de si era el perfil idóneo para este tipo de formatos televisivos. Sin embargo, su buen rollo, el estilo campechano y sus juegos de palabras lo han situado como uno de los mejores presentadores para estos formatos.
Parecerá una tontería, pero el público de Supervivientes, Gran Hermano o La Isla de las Tentaciones agradece mil que el presentador de turno se vea los programas para luego presentar. Y esto no siempre pasa y se nota a leguas cuando el presentador o presentadora no ha hecho los deberes. Carlos Sobera va a presentar las galas con la lección aprendida y funciona como un tiro.
A sus espaldas lleva ya treinta o cuarenta programas presentados, pero, sin embargo, su nombre no aparece en las quinielas cuando su cadena busca presentadores para sus programas de mayor éxito. Sin embargo, han sido ya varias las ocasiones que ha sido el elegido y el público se ha sorprendido cuando ha aparecido su nombre.
Además de sus altas capacidades presentando, creo que también le juega a favor su posado pasivo y que no le lleva a querer ser el protagonista más absoluto. Algunos puede que lo acusen de ser demasiado blanco y plano, pero creo que la tendencia televisiva va por otra línea y que Sobera la tiene ya muy clara.
La televisión huye de los programas de autor
Hace algunos años, el público clamaba el estilo irreverente de Mercedes Milá y fue una auténtica debacle cuando se fue de Gran Hermano. Pero eso sirvió para demostrar que es posible que un programa funcione, sea quién sea quien lo presente, si el formato está bien hecho.
Desde hace algún tiempo, Telecinco prueba de desvincular a sus presentadores más mediáticos de los programas que presentan. Generando así cambios de presentadores y, por lo tanto, la despersonalización de los formatos. Esta tendencia deja hueco a profesionales como Carlos Sobera y que no se le resiste ninguna de las audiencias que resultan de sus formatos.
Mediaset le debe mucho a Sobera, que desde el 2016 mantiene en pie First Dates con unas audiencias brillantes. Y que día tras día, se convierte en el formato más visto de la cadena. Muy por encima de programas de actualidad y con presupuestos bastante mayores a los del programa de las cenas.
Por su parte, no ha querido quedarse atrás y ha ido aceptando paralelamente ponerse al frente de programas en prime time de Telecinco. Sus buenos resultados lo sitúan como una de las grandes estrellas de Telecinco. Pudiendo compararse directamente con Jorge Javier Vázquez, presentando los dos programas muy parecidos o, incluso, el mismo.
Durante varias temporadas se ha creído que Carlos Sobera era el complemento ideal de Jorge Javier Vázquez para poder hacer tándem. Pero creo que llegados a este punto, Sobera ya no es el complemento o el sustituto de nadie. Y la cadena se lo mira como una de las grandes bazas que tienen.
En un momento en el que las voces no paran de apuntar hacía un cambio de tendencia y estrategia, y que estaría encaminado a dejar a Jorge Javier en un segundo plano para evitar el personalismo de sus programas de máxima audiencia. Larga vida a Carlos Sobera por los pasillos de Mediaset España.
NOVEDAD WHATSAPP: Pincha aquí para recibir GRATIS tus noticias favoritas del Corazón en WhatsApp