Durante quince años, los directores de Sálvame han creado escuela con las reacciones en directo de todos sus colaboradores en momentos muy complicados.
Los espectadores nos hemos acostumbrado a que a las cuatro de la tarde se avancen auténticas bombas que van a estallar en algún momento de la tarde. Estas bombas jamás son desveladas antes de tiempo a los colaboradores, que ejercen como sorprendidos y a veces son temas muy espinosos.
En estas sorpresas en directo han aparecido desde infidelidades de los colaboradores, impagos, rupturas o pufos que han puesto a los tertulianos a los pies de los caballos. Para nosotros, los espectadores, todo esto ha sido miel durante mucho tiempo, pero lo que nadie esperaba es lo que pasó el pasado viernes. El programa transcurrió con total normalidad hasta las siete de la tarde que pasaron al Plus.
En el momento que el formato se fue a su emisión digital, todo cambió para el equipo del programa. Pasados pocos minutos de las siete de la tarde, El Mundo y varios medios empezaron a difundir el fin del programa con todo detalle. El enlace de la noticia no tardó en llegar a los colaboradores, que desde sus sillas empezaron a leer incrédulos lo que se estaba diciendo de sus puestos de trabajo.
Tanto fue así que María Patiño abandonó el programa entre llantos y cuando volvió, interrumpió lo que estaba diciendo para darse la vuelta y llorar. Sus compañeros la animaban a la vez que se seguían escuchando voces del resto del equipo que comentaban la noticia y buscaban alguna voz que pudiese confirmar lo que se decía.
Si bien es cierto que nunca se podrá confirmar que las lágrimas de María eran por este tema, puesto que también estaba anunciando la muerte de la mascota de una famosa.
Lo más fuerte de todo es que parece que la dirección del programa estaba bebiendo por primera vez de su propia medicina. Descubrían en antena que el programa y por ente, sus trabajadores, se quedaban sin trabajo en poco más de un mes. Llegando al verano sin demasiadas esperanzas de seguir en Telecinco y teniendo que buscar a marchas forzadas nuevos trabajos para seguir facturando.
Por suerte, esa tarde estaba participando en el programa el cómico Josep Ferré, que en más de una ocasión tomó el protagonismo del programa para sacar sonrisas a los colaboradores. Además, verbalizó que no entendía esas caras largas. Seguramente, ajeno en ese momento de que el programa en el que está trabajando se iba a pique en pocas semanas.
Es realmente triste el ver que un programa que ha dado tantas tardes y noches de alegría a la cadena, descubra a través de los medios de comunicación que se acaba. Dejando sin opción a los directivos de la productora y del programa a ser ellos quien hablasen con sus trabajadores para plantear la situación y ver que opciones de continuidad hay.
El peor fin de semana para el equipo de Sálvame
Sin tiempo para digerir este despido, el equipo de Sálvame se encuentra en la cruzada de no saber si hablar del fin del programa o si, por lo contrario, guardar silencio. Un silencio que se ha respetado a medias, mientras esperan la notificación oficial de la cadena anunciando que el programa se acaba. Seguramente es muy importante ir en una misma línea si lo que quieren es seguir dentro de la cadena.
O bien, romper con todo y buscar vías de seguir en otros grupos audiovisuales. Por ejemplo, Laura Fa entró en directo en Catalunya Ràdio e hizo una primera valoración, alertando de que no iba a ser demasiado explícita. También Jorge Javier Vázquez hizo un vídeo con su madre, dónde tiraba de ironía cuando hablaban de su futuro más inmediato.
Por su lado, Terelu Campos y Kiko Matamoros también hicieron referencia en sus redes del mal momento que estaban pasando. Sorprende también que el viernes por la noche no se hiciese referencia explicita en el Deluxe sobre el fin del programa. Aunque las indirectas fueron cayendo durante la noche.
No nos quedará otra que esperar a hoy por la tarde para ver si el programa nos da más datos. Ojalá que no estemos hablando ya del fin de este programa que ha hecho historia en nuestra televisión.