Hace días que tenía ganas de poder hablar deKiko Hernández, pero chicos, la actualidad diaria hace que acabe tirando esta columna hacia otros lares y olvide todo lo demás. Hoy intento recapitular y recordar todo lo que quería decir de uno de los colaboradores más polémicos de la historia de Sálvame. Aunque ahora juegue un papel mucho más calmado y mucho menos controvertido de lo que había llegado a ser.
Durante décadas, el colaborador ha sido el encargado de soltar informaciones durísimas sobre sus propios compañeros, relacionadas con su vida privada, sus amores, desamores e, incluso, sonadas infidelidades. El caso es que cada vez que le preguntaban por qué se cargaba a sus compañeros sin miramiento, su respuesta siempre era la misma.
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Afirmaba que lo hacía por el bien del programa y para que hubiera tramas suficientes como para mantener el cotarro. Algo que entiendo que le aplaudían sus jefes y lo convertían en uno de esos colaboradores que llaman como imprescindibles.
Kiko Hernández nunca ha tenido filtro y desde mi punto de vista, en ocasiones ha sido demasiado duro y poco empático con el que tenía sentado justo enfrente.
Cuando atacaba a sus compañeros, eran muchos los que decían que lo hacía de una forma tan encarnizada porque estaba del todo amargado y no le importaba atacar a los demás. Pues quizás se entendía que pagaba sus frustraciones hundiendo a todo el mundo que lo rodeaba en televisión y haciendo siempre leña del árbol caído.
Esta teoría no es del todo mala, pues creo que ha habido un cambio importante desde que el colaborador se reincorporase al programa después de ser padre de dos niñas. A su vuelta, su tono era mucho más relajado, vimos como era su cara con una sonrisa, la misma que antes en contadas ocasiones sacaba a relucir en la televisión.
Ahora diría que Kiko Hernández está en un momento muy feliz y no entiende que sus propios compañeros y el programa para el que trabaja intenten hacer saltar por los aires su idílica vida privada. Una vida que ahora implica también a otra persona, al actor Fran Antón, que se ha convertido en la sombra del colaborador compartiendo fines de semana, viajes y mucha complicidad.
Sálvamese ha empeñado en poder demostrar que entre Kiko Hernández y el actor Fran Antón hay algo más que una amistad. Incluso tienen dedicada a jornada completa a una de las directoras, Mayte Ametlla, a buscar informaciones y evidencias que demuestren lo que esconde esta enigmática amistad.
Sufro viendo a Kiko Hernández justificándose cada tarde
Día si y día también, Sálvamese hace con imágenes en las que se puede ver a su colaborador con el actor compartiendo viajes. Al principio, cuando costaba más verlos juntos, Kiko Hernández montaba unas peloteras enormes contra todos los testimonios que habían afirmado verlos juntos por Melilla.
Amenazaba con tomar medidas legales, los intentaba evidenciar en directo y se justificaba diciendo que solamente eran amigos y que se encontraban ensayando la obra de teatro que hacen juntos. Sin embargo, el programa sigue escarbando y recabando datos.
Por ejemplo, la escapada que han hecho los dos amigos a Nueva York. Una escapada que se pudo hacer gracias a que Kiko Hernández pidió un día libre en Sálvamepara poder realizar un trabajo. Pues grande fue la sorpresa del programa cuando han visto que este día coincidía con el cumpleaños de Fran Antón.
Y que los dos se encontraban de viaje en la quinta avenida. Frisando estoy por ver como esta tarde, Kiko Hernández intenta tirar otra vez pelotas fueras y se mete en otro jardín imposible. Intentando justificar que se encontraron por casualidad en Nueva York o que se han ido allí a comprar ropa para la obra de teatro.
Consciente de que estas excusas que yo he dado me las puede copiar, también digo que me da mucho apuro verlo intentando tapar, no sé el que, con excusas baratas y poco creíbles. Y que cada vez se sostienen menos, porque el vínculo cada vez es más fuerte, de amistad, claro.
Los compañeros que lo apoyan ya lo tienen muy difícil para justificarlo y se les escapa la risa. Ayer Kiko Matamoros intentó una vez más ayudar a su amigo, pero el intento fue en vano. Es ridículo a estas alturas ocultarte y mentir para salir del paso.
Pero entiendo que en su caso es más complicado. Pues si llevas dos décadas machacando a los demás con su intimidad y haciendo daño, ahora puede que tengas miedo de levantar tu propia manta. Kiko, sé valiente y afronta la realidad, es muy bonita como para estar negándola.