Aun recuerdo esa tarde en la que Lydia Lozano y Terelu Campos las pasaron canutas en Sálvame. Un portal de noticias publicó que la cúpula de Sálvame se estaba planteando si renovarles o no el contrato como colaboradoras. El motivo, según parecía, era que ya no aportaban lo mismo que antes en el espacio de las tardes.
A pesar de que la directiva del programa nunca confirmó si esos rumores eran ciertos o no, se hicieron toda una semana de programas especulando sobre este tema. Y lo que es más importante, poniendo a Terelu y a Lydia en el disparadero para que el público decidiese si tenían que seguir en el programa o ya no.
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Las lágrimas de las colaboradoras eran constantes en sus rostros, mientras que sus compañeros tenían que posicionarse a favor o en contra de ellas. Todo muy bizarro y parecido a un circo romano cuando los emperadores luchaban para satisfacer las ganas de espectáculo de la clase alta. Finalmente no se despidió a nadie, pero esto hizo que las dos televisivas se pusieran las pilas y volvieran a darlo todo.
No obstante, creo que este juego no fue nada justo. Pues desde mi punto de vista no me imagino Sálvamesin Terelu Campos ni tampoco sin Lydia Lozano. De esta última se le acostumbra a achacar que no contrasta las noticias, que muere por un minuto de pantalla y que hace un uso exagerado de sus cotizadas lágrimas.
Tres elementos que para mi son oro televisivo y que hacen de Lydia Lozano la colaboradora ideal. Sus compañeros se dan cabezazos con la pared cada vez que hacen un concurso para elegir al mejor colaborador y el público hace vencedora a Lydia Lozano con bastante diferencia.
No entienden como ellos tienen que matarse a buscar noticias y a buscar bronca cuando a Lydia Lozano una noticia a medias y cuatro lloros le reportan una mayor cuota. Yo tampoco lo entiendo, pero tampoco trato de encontrar respuesta. Soy demasiado lozanista como para buscar argumentos que se carguen a una de mis musas televisivas.
Lydia Lozano es la persona que más bonito llora en televisión. Tanto es así que ya ni me importa los temas por los que la hacen llorar. Me gusta ver como se defiende entre sollozos, lágrimas y un rostro desencajado perfectamente estudiado.
Cuando dicen de Lydia Lozano que ha ido a trabajar destrozada por algo que se ha publicado, yo ya cojo el bol de palomitas y me dispongo a disfrutar de la mejor televisión. Lozano es una de las grandes de la televisión y domina los tiempos como nadie.
Llora, pero con todo el sentido y con toda la intención del mundo. A veces por motivos que yo creo que a ella no le quitan para nada el sueño.
¿Cómo se puede criminalizar el amor libre?
Sálvamese está haciendo toda una semana hablando de locales de intercambio de parejas. Con un testimonio con el rostro cubierto que dejó caer que Lydia Lozano y su marido frecuentaban un local de este tipo. Este anzuelo fue cogido por Carmen Alcayde, que no dudó en destapar a su amiga Lydia para confirmar que ella y su marido se dejan caer por esa sala.
A partir de este momento, el programa empezó a criminalizar el visitar los locales de intercambio señalando a Lydia, pero también a otras personalidades. Desde mi punto de vista, dejando ver intimidades de todos ellos y que, además, no aportan demasiado.
Para mí, se cruzó una línea cuando le preguntaron al testimonio protegido si Lydia Lozano salía peinada o despeinada de las salas de disfrute. Por su lado, Lydia se defendió, pero parece que la hemeroteca la contradice. Y ella misma hizo declaraciones en el pasado que dejan entrever que se trata de una mujer muy liberal.
Y eso me encanta, Lydia siempre ha defendido al colectivo LGTBIQ+, ha abanderado el amor desde todos los ángulos y se ha posicionado del lado de las minorías. Lydia Lozano es la esencia de Sálvamey creo que le pagan poco si lo comparo con todo lo que acaba aportando al programa.