Los trabajadores de Mediaset van como pollo sin cabeza, saben que existe una nueva directiva liderada por Borja Prado y que existe un nuevo y exigente código ético. Pero más allá de esto van totalmente a ciegas y no saben demasiado bien cuál va a ser su futuro y el de los formatos para los que trabajan actualmente.
Todas las miradas apuntan hacia Sálvame porque mientras el programa sigue en emisión, no paran de aparecer voces que apuntan hacia nuevos programas que lo podrían substituir muy pronto.
Por el momento, Sálvame emite el programa habitual, pero con un horario reducido, de cuatro de la tarde hasta las siete y poco. Sin embargo, luego se pasan a Mitele Plus, la plataforma de pago de la cadena y que a pesar de que tiene bastante movimiento como plataforma para ver formatos en diferido, no acaba de cuajar como plataforma de contenidos en directo.
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Los colaboradores de Sálvameson más que conscientes de que la hora de trabajo que va de las siete a las ocho por Mitele Plus es prácticamente imperceptible. A la vez, la dirección del programa pone sus contenidos más potentes en la parte del programa que se emite por televisión convencional. Y se guarda para la versión digital los contenidos más flojos o que menos interés generan entre la audiencia.
Esta realidad la hemos podido ver todos desde casa y la verdad es que todo lo que pasa en la versión digital da para echarse una generosa siesta. Pero solo faltaba en este momento que los propios colaboradores verbalizasen que la última hora de programa es un auténtico aburrimiento y totalmente imprescindible. Ayer quién decidió alzar la voz y sin atenerse a las consecuencias fue la mítica Belén Esteban.
La colaboradora de Sálvame se mojó y dijo que tenía que contar algo importante, pero que tenía que ser antes de las siete, porque luego nadie ve la versión de Mitele.
En ese momento se hizo un gran silencio, que me hizo pensar que los directores del programa les dieron un toque para que no alargaran este tema delicado. Seguramente existe el temor de que si ni los propios colaboradores confían en esta hora, la cadena decida eliminarla por completo.
No fue el único momento de la tarde donde hubo una referencia, en este caso más indirecta, hacia el Sálvame Naranja plus. Kiko Hernández anunció un nuevo pase de su obra de teatro en Melilla, anunciando que estaba programada para un día a las ocho. Aclarando que lo hacía en esa hora como deferencia a este programa para que no perdiesen audiencia.
Fue entonces cuando Jorge Javier Vázquez, ni corto ni perezoso, afirmó que si quería la obra podía empezar a las siete de la tarde. Un nuevo feo hacia Mitele plus. Todo esto me hace pensar con que, quizás, esta última hora no se les paga a los colaboradores de la misma forma que se les pagaba cuando se emitía por Telecinco.
Tiene todo el sentido del mundo. Eso si, tampoco puedes pedir el mismo nivel de implicación. Y más cuando Sálvame no se sostiene con el contenido ni con las tramas que deberían de enganchar a la audiencia y, además, invitarlos a que se suscribieran.
Sálvame intenta ahora sacar pecho
De la emisión de ayer me sorprendió que durante bastante rato se proyectó un número trece, haciendo referencia a todos los años que lleva el programa emitiéndose en la cadena. De este modo, creo que se quiere apelar a la experiencia y al público fiel que los ha acompañado durante este tiempo. En algunas épocas con audiencias envidiables y, en otras, con audiencias no tan favorables.
Aun recuerdo la época donde se anunció la campaña 'Yo veo Sálvame' para que la gente se desnudara de los prejuicios históricos del formato. Un cliché que ya prácticamente no existe, pero que sí que coincide con la crisis de audiencia. Y que ahora se intenta remediar cambiando los contenidos tarde tras tarde.