Sálvame se ha planteado esta semana sentenciar cátedra sobre el comportamiento humano, olvidando por completo que ellos se caracterizan por destripar por completo las intimidades y secretos de los suyos. Para nada critico esto, pues yo consumo en vena la realidad de Sálvamey me enganchan cada vez que sacan a relucir algún trapo sucio de sus colaboradores.
Pero claro, al menos espero del programa que vaya de cara y no intente esconderse por caminos tenebrosos. Lo digo porque gracias a Carmen Alcayde, vivimos toda la semana pasada de una trama morbosa y enigmática. Con la revelación de la valenciana afirmando que Lydia Lozano visita clubs de intercambios de pareja.
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Esto nos dio para que apareciese un testimonio con una máscara y afirmando que ha visto a Lydia por estos sitios e, incluso, que la ha visto salir despeinada de allí. Una información que no tiene nada de malo, pero que ha herido especialmente a la periodista al considerar que es totalmente falso y que, además, se siente traicionada. Una traición que le llega de manos de Carmen Alcayde, una de sus buenas amigas en el programa y que ahora ha dejado de serlo.
Por su parte, Alcayde se defiende diciendo que lo contó porque pensaba que a Lydia no le importaría. En esto creo que es en lo único que no defiendo a Carmen. Si tú quieres revelar esto porque sabes que si lo haces te van a llevar más días al programa, sé valiente y admítelo, al final no tiene nada de malo.
Forma parte del juego de Sálvameel vender a tus amigos y compañeros para ir rascando minutos de antena. Sobre todo si eres uno de los colaboradores del programa que vive al día y que no tiene unas colaboraciones fijas. Como es el caso de la propia Carmen Alcayde, Miguel Frigenti o Alonso Caparrós.
Que según los temas que se traten o si ellos son los protagonistas, van más o menos al programa de las tardes de Telecinco. Ayer todos los colaboradores reprochaban a Carmen Alcayde que hubiese traicionado a su amiga Lydia Lozano en directo solamente para trabajar más días y marcarse un tanto como protagonista del programa.
Esta presión también la desprendían las presentadoras que una y otra vez le preguntaban a Carmen el porqué de su actitud. Y ciertamente me sorprende este machaque pidiéndole a la periodista que contase por qué se comportaba así. Desde mi punto de vista, es un enfoque totalmente demagogo, pues desde hace una década y media Sálvamevive de los marrones y traiciones de los unos a los otros.
En Sálvame hemos visto traiciones de todos los colores
Ayer Belén Esteban hizo un íntimo con Carmen Alcayde para sumarse al equipo de gente que considera que la valenciana ha actuado mal. Belén fue especialmente dura con Carmen recriminándole comentarios que ha vertido la colaboradora durante los meses que lleva en el programa.
Unos meses que, además, coinciden con el fin de su matrimonio. Belén recriminó a su compañera que fuera demasiado ácida y que no midiese sus palabras. Algo que no entiendo si tenemos en cuenta que los muebles en Sálvamesobran y son reemplazados por gente que es más dada al espectáculo.
Al fin y al cabo, lo que se ha revelado no es tan grave. Lydia Lozano visitando un bar nocturno no tiene absolutamente nada de malo. Creo que se han contado cosas mucho peores en el programa sobre los propios colaboradores como infidelidades, embargos y pufos económicos.
También dramas familiares que nos han llevado incluso a ver a padres de ellos llorando en pantalla. Estoy recordando a los padres de Alonso Caparrós y se me parte el corazón. Allí sí que todo el mundo metió baza y se estuvo a punto de romper una familia.
Aunque tampoco le quito parte de culpa al propio Alonso, que propició que todo saliese a la luz. De nuevo, un colaborador no habitual actuando con las armas que tenía a mano en ese momento para hacerse un hueco en el programa. Si vas con miedo y de buen compañero es imposible triunfar en Sálvame.
A no ser que seas Belén Esteban y que ya tengas ganada tu silla. Unas sillas de vacas sagradas que cada vez tengo más claro que algún día van a acabar. Ya lo dije, Kiko Hernández ya no le dejan ser quién era y en cualquier momento puede haber cambios.