Rappel, uno de los rostros más conocidos y queridos de la televisión y la crónica social, ha estado presente este miércoles en el desfile de su gran amigo Eduardo Navarrete.
Allí ha hablado en exclusiva con nosotros sobre varios temas, entre ellos sobre el próximo juicio que enfrentará a Antonio David y Rocío Carrasco, que tendrá lugar el próximo 6 de julio, y es que, como buen vidente, sus predicciones sobre todos los asuntos relacionados con los famosos están muy cotizadas.
Además, ha aprovechado para contar cómo fue su relación con ellos en el pasado: “A Antonio David lo traté mucho cuando estaba casado con Rocío Carrasco. Lo conocí entonces muchísimo. Les puedo contar un chascarrillo que a lo mejor no se ha contado en la tele”, ha comenzado diciendo.
“Nos invitaron una semana a unas vacaciones en la nieve a Rocío, a Antonio David y a mí. Y fuimos a un hotel de lujo y nos buscaron a un instructor para esquiar porque Antonio David no sabía esquiar y yo tampoco, pero Rocío sí… Entonces nos buscamos un instructor los dos para ver si nos enseñaban a esquiar. Yo salí a la pista con los esquís y me pegué tres culatas que dije: ‘esto no es para mí’ y le di los palos y el instructor y le dije: ‘enséñale a él’ y él aprendió y yo no”, explica Rappel.
Al preguntarle si cree que ellos por aquel entonces se querían, teniendo lugar este viaje en el año 1998, el vidente responde lo siguiente: “Muchísimo, se adoraban, es que yo he viajado con ellos y lo he visto. En aquellos momentos eran una pareja que se querían. Yo los he visto juntos… Eran como dos tortolitos. También te digo que he visto otras parejas que también eran tortolitos y han acabado a guantazo limpio… Pero bueno en el amor hija mía, luego viene el desamor, luego viene el odio… Yo eso no lo entiendo”, concluye.
La historia de amor de Antonio David Flores y Rocío Carrasco
Rocío Carrasco y Antonio David Flores se conocieron muy jóvenes. Tan solo tenían 17 años y poco después se quedó embarazada de Rocío Flores.
Poco después se casaron y todo parecía ser una historia de amor adolescente en mayúsculas.
Los dos se conocieron en Chipiona: “Hablábamos a través del teléfono y yo recuerdo que mi suegra me decía: dile a la niña que estudie. Y yo cuando la llamaba le decía: si apruebas los exámenes, el fin de semana subo a Madrid a verte”, decía Antonio David.
Poco se sabe qué pasó después y como una historia de amor tan bonita ha acabado siendo uno de los grandes dramas de las últimas décadas en España.
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