Rocío Carrasco nos dejaba a todos sin palabras después de que relatase con todo lujo de detalles qué pasó aquel día en el que se separó para siempre de su hija.
El testimonio de Rociíto nos dejaba a todos temblando, mientras contaba la frialdad con la que su hija Rocío de apenas 15 años le daba una paliza. Un momento que dejaba marcaba a Rocío Carrasco para siempre y que a día de hoy sigue sin superar.
Sin embargo, ella siempre ha insistido en que "ella no tiene la culpa, la culpa la tiene otra persona, que es el responsable que ella actuase de esa forma: su padre. Eso quiero que quede claro".
De esa forma, la mujer de Fidel Albiac culpaba directamente a su ex, Antonio David, por haber manipulado y convertido a su hija en ese monstruo irreconocible.
Tras mucha terapia y habiendo recibido el tratamiento adecuado, Rocío sigue sin poder acercarse a sus hijos. Y es que no se siente preparada para dar ese paso mientras su ex siga estando de por medio.
Aunque muchos siguen preguntándose casi dos años después de la docuserie, qué ocurrió realmente aquel fatídico día entre madre e hija.
"Llega el día 27, era el último día de cursillo de verano. Ese fin de semana era agosto y ya se iba con el padre", contaba Carrasco.
"Ese día me dice que estaba mal del estómago y que no iba bien al baño, ese día quiso desayunar una nectarina".
"Y yo le dije 'Ro como estás mal del estómago, tengo ciruelas que te va a hacer bien para el problema que tienes'".
De hecho, fue precisamente eso lo que desataba la gran bronca entre ambas.
"Ella me desafía y se guarda la nectarina y al ir a coger la nectarina que ella se había guardado me cruza la cara de lado a lado…", recordaba Rociíto completamente nerviosa.
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El relato de Rocío Carrasco es desgarrador
"No me creía lo que estaba pasando, empieza a pegarme y va gritando 'no me pegues, no me pegues' y era ella la que estaba pegándome a mí", aseguraba al respecto. "Se me pasó como una película y sabía que eso obedecía a algo que no era normal".
También el papel que jugó Fidel Albiac aquel día resulta de lo más trascendental, y es que era él quien se encontraba a su mujer tirada en la cocina.
Un relato, que según la propia Carrasco, se había visto obligada a modificar para proteger a su hija. Y es que la versión original era todavía peor.
"Yo lo siguiente que recuerdo es Fidel reanimándome y cuando volví en mí, tenía las pulsaciones en 140 y Fidel me metió un Lorazepam debajo de la lengua".
Aunque lo peor no fueron los golpes, sino las dolorosas palabras que había pronunciado Rocío Flores.
"Empieza a increparme y dijo 'que sepas que en septiembre a esta casa no me trae ni un juez, ni tu madre ni tu padre que están bajo tierra'", soltaba implacable la joven.
"Ella no podía permitirse tener un sentimiento bueno para conmigo, ella tenía que irse a casa de su padre con información", explicaba Carrasco entre lágrimas.
Tras irse de casa, "la niña entra con un ataque de ansiedad en el coche y el chófer cuenta que de repente se transforma, saca un móvil y dice: 'papá ya está hecho'".
A partir de entonces, el camino de madre e hija se separaba para siempre y hasta el día de hoy no han vuelto a verse.
Poco después, el hijo pequeño de Rociíto, David, también se iba a vivir a Málaga con su padre.