Las nuevas citas de First Dates no han dejado a nadie indiferente. Para empezar teníamos a Ainhoa, una administrativa de 26 años que tiene las cosas muy claras.
Así, le explica a Carlos Sobera que busca un chico con dos dedos de frente después de muchas decepciones.
"Alto, guapo, educado y que tenga modales", asegura. "Quiero algo real, sincero, porque para acostarme, me acuesto con cualquiera".
Y no solo eso, sino que tiene un claro requisito: "Si no es médico, no quiero nada", sentencia.
Lamentablemente para ella, su cita ha resultado ser Iván, un joven de 30 años que trabaja para una ETT y sin contrato fijo.
La chispa ha surgido rápidamente entre ellos, pero al conocerse más a fondo la decepción se hacía más que evidente.
"Es una chica que me ha entrado por el ojo", asegura él respecto a la primera impresión. Mientras que ella solo puede pensar en sus planes de futuro.
Y es que considera que trabajando para una ETT y sin un contrato fijo, no tiene esperanza de que pueda comprarle una casa y tener hijos.
"Llevo 6 meses soltera, cuando quiero empezar una relación la empiezo de verdad", asegura Ainhoa.
Aunque el principal problema ha llegado cuando han hablado de anteriores relaciones.
"¿Eres un golfo?", le ha preguntado a su cita al ver que ha tenido pocas relaciones para tener 30 años.
De esa forma, ha dejado claro que ella es muy tradicional. "Tengo las cosas muy claras, mi mayor deseo es ser padre", se ha explicado él.
A lo que la administrativa ha remarcado que quiere a un chico que tenga coche y también trabajo.
Algo que a el no le ha hecho mucha gracia. "No hay que mezclar el amor o lo que tiene y deja de tener", considera Iván.
Raquel encuentra el amor al toparse con Iván
Raquel, una peluquera de 47 años, llega a First Dates asegurando haber vivido muchas experiencias. Canceló su boda tres meses antes.
"Lo hice todo y conforme iba llegando la fecha de la boda dije, ¿dónde vas?"
Raquel considera que solo ha tenido un amor de verdad, pero esa persona especial falleció joven en un accidente de moto.
"Me encantan los calvos", deja caer la peluquera. Mientras que su cita, Sergio, de 50 años, asegura que necesita estar enamorado de una persona para poder estar con ella.
"Es muy difícil de conseguir", reconoce. Y para Raquel ha sido un flechazo instantáneo.
"Una chica guapa, elegante, la primera impresión ha sido buena", ha dicho sobre la peluquera. Y ya cuando le ha hablado de motos, Sergio terminaba por ganarla por completo.
Eso si, a ella no le gusta nada el hecho de ir al gimnasio y sufrir los malos olores de otros. Pero, pese a sus pequeñas diferencias, la pareja ha terminado yéndose de la mano y dispuesta a tener otra cita.
La triste historia de Perla: a sus 50 años solo busca ser feliz
Por su parte, Perla cuenta una historia muy dolorosa a sus 50 años, habiendo sufrido un derrame cerebral la misma noche de bodas y estando embarazada de 3 meses.
Lamentablemente, su recién estrenado marido no supo estar a la altura, por lo que ella decidía pedir el divorcio.
"Mi madre crió a mi hijo mientras yo me recuperaba", cuenta. Lamentablemente, su lucha no terminaba ahí, ya que también hacía frente a un cáncer durante el mismo año de la pandemia.
Perla busca a alguien que sepa estar a la altura después de tanto sufrimiento y llevarse muchas decepciones.
Y aunque José no ha resultado ser su prototipo a primera vista, su sentido del humor la ha terminado conquistando.
La pareja ha tenido una cita llena de risas y buen humor, demostrando tener una gran complicidad. Pero, lamentablemente, Perla necesitaba algo más y al final ha decidido irse sola.
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