Letizia vuelve a primera línea del foco informativo. El motivo no es otro que el gesto que alguien le ha hecho y que nadie esperaba. Un desaire ante el que la reina no se ha quedado impasible sino más bien todo lo contrario.
El Palacio Real ha sido el escenario en el que Felipe VI y Letizia han ofrecido la tradicional recepción anual al Cuerpo Diplomático acreditado en España con motivo del nuevo año. Después de dos años marcados por las restricciones y la presencia de mascarillas el acto ha recuperado la normalidad anterior a la pandemia.
Los monarcas han recibido a los representantes de 126 embajadas residentes en España y casi 800 consulados, 153 de carrera y más de 600 honorarios. Además están acreditados otros 49 países ante nuestro país, con residencia en París, Londres, Bruselas o Ginebra. Por otra parte, 42 organismos internacionales tienen sede en España.
Letizia elige un estilismo que recuerda a Rania de Jordania
Letizia en esta ocasión ha estrenado una falda larga en color rosa empolvado y una blusa de seda estilo retro y puños marcados con lazada de Carolina Herrera. Una prenda que lleva más de cinco años en su armario y que hemos podido ver en otras ocasiones. La estrenó hace seis años, en la inauguración del nuevo curso de Formación Profesional y la lució de nuevo el pasado año en Logroño.
Letizia ha completado su look con unos salones de ante en tono rosa a juego con la falda de la firma Lodi. En cuanto a las joyas ha escogido unos pendientes de Tous con piedras en tonos verde, azul, blanco y teja. Repite, como en las últimas apariciones públicas, el anillo que estrenó en la Pascua Militar que lleva la inscripción "Amor che tutto move" (el amor todo lo mueve).
Sin embargo, a diferencia de otros actos, lo más comentado no ha sido el estilismo de Letizia. En esta ocasión ha sido un gesto el que ha acaparado todas las miradas y comentarios. Ha sido al llegar el turno del embajador de Irán en España, Hassan Ghashghavi, cuando se ha producido un desaire a la reina del que todos los presentes han sido testigos.
Un gesto que ha dado lugar todo tipo de comentarios
El diplomático se ha acercado a saludar al rey y después se esperaba que hiciera lo mismo dando la mano a la reina. Sin embargo, el embajador se ha llevado la mano al pecho y ha continuado caminando hacia la puerta. Letizia, que se ha visto en una situación algo incómoda, ha mantenido la mirada de Ghashghavi hasta que este ha abandonado el salón donde tenía lugar la recepción.
La directora de Comunicación de la Escuela Internacional de Protocolo, Marina Fernández, aclara el motivo de esta conducta hacia la reina Letizia. "Es un tema de contacto físico entre hombres y mujeres en público". "En Irán, las mujeres y los hombres no se tocan en público", explica la experta.
No es la primera vez que asistimos a una situación parecida. En el año 2019, durante la celebración de la Cumbre del Clima en Madrid, el delegado de Irán tampoco estrechó la mano de la mujer de Felipe VI. Esta vez, además de llevarse una mano al pecho, inclinó también la cabeza en señal de respeto.
Lo que en un principio pudiera parecer un desprecio, a tenor también de la reacción de Letizia, en realidad responde a motivos culturales. Este es el último acto público de la semana para la monarca. La próxima cita será el día 6 de febrero, cuando los reyes realicen un viaje de Estado a Angola.
NOVEDAD WHATSAPP: Pincha aquí para recibir GRATIS tus noticias favoritas de la Familia Real en WhatsApp