La infanta Elena se encuentra viviendo ahora un momento realmente duro y doloroso. Ha perdido a uno de sus mejores amigos, a José María Álvarez de Toledo Gómez-Trenor. Un coronel retirado que estaba casado además con una de sus amigas de toda la vida, Rita Allendesalazar.
Tal es el sufrimiento que siente que se la ha visto destrozada en el funeral de aquel, el conde de La Ventosa. Funeral al que ha acudido acompañada de su hija, Victoria Federica, que también lamenta mucho esta pérdida.
La Infanta Elena está devastada por la muerte de un íntimo amigo
La infanta Elena llora la pérdida de su amigo junto a Victoria Federica
La Borbón, además de sufrir por los escándalos de su padre y de sus hijos, ha sumado otra pena a su vida. En concreto, ha perdido al que ha sido durante años un apoyo incondicional, su amigo José María. Este tenía 73 años y había sido militar.
La muerte de este militar retirado, como consecuencia de un problema cardiorrespiratorio, ha causado un profundo pesar a Elena y así se ha mostrado rota en su entierro. Este ha tenido lugar en el municipio segoviano de Muñopedro y hasta allí ella se ha trasladado en compañía de su hija.
De riguroso luto ha acudido al sepelio, donde se la ha visto llorosa y desconsolada en más de una ocasión. Y también se ha mostrado muy rota la joven que, eso sí, no ha dudado en estar pendiente de su madre en todo momento. Claro, porque sabe lo que para ella es perder al conde de La Ventosa.
Pero la cuñada de Letizia no solo acudió al entierro, también fue antes al tanatorio San Juan de la Cruz, de la mencionada ciudad. Fue la manera que encontró de darle el último adiós al fallecido y de cuidar de su viuda en estos momentos.
La infanta Elena y su estrecha relación con los Álvarez de Toledo
La hija de Juan Carlos I hace muchos años que conoció a José María, pues él había participado en la formación castrense de su hermano. No obstante, la relación con él se estrechó cuando contrajo matrimonio con Allendesalazar. Esta ha sido y es una de las mejores amigas de la infanta con la que comparte, entre otras cosas, la afición por la hípica.
El vínculo entre el matrimonio y la infanta se convirtió en muy importante para esta, pues siempre estuvieron a su lado de forma discreta. La respaldaron en su separación matrimonial de Jaime de Marichalar e incluso, en algún momento, la ayudaron con sus hijos, Froilán y Victoria Federica. Incluso ellos eran su bálsamo en momentos duros y por este motivo no dudaba en visitarlos en su finca segoviana.
De ahí que haya sentido tanto la muerte de este hombre, su gran amigo y consejero. Pero también lo ha sentido mucho su hija. Tanto es así que no ha dudado en compartir en las stories de su Instagram unas palabras en homenaje a aquel.
Exactamente ha compartido un texto de San Agustín que dice así: “La muerte no es nada. Yo solo me he ido a la habitación de al lado. Yo soy yo, tú eres tú, lo que éramos el uno para el otro, lo seguimos siendo”.
“Llámame por el nombre que me has llamado siempre, háblame como siempre lo has hecho. No lo hagas con un tono diferente, de manera solemne o triste. Sigue riéndote de lo que nos hacía reír juntos”.
A esto ha añadido: “Que se pronuncie mi nombre en casa como siempre lo ha sido, sin énfasis ninguno, sin rastro de sombra”.