Irene Urdangarin trata de asimilar todavía la nueva situación familiar. Le cuesta entender que sus padres estén separados y que ya no puedan llevar una vida normal como antes. También acaba de conocer los motivos por los que Iñaki guarda silencio y que le obligarán a mantenerse en un segundo plano.
Al parecer, la infanta Cristina está harta con el comportamiento del que fuera su marido. Ya no reconoce al hombre con el que estuvo 24 años de su vida. Por él hizo de todo, incluso romper relaciones con la Casa Real o perdonarle infidelidades.
Irene está a punto de cumplir los 18 años y también se da cuenta de todo lo que ocurre en su entorno. Su madre ha llegado al límite: "No puede más", señala Pilar Eyre. Cree que no ha tenido el comportamiento con ella que en realidad se merecía.
Por eso ha decidido tomar una decisión drástica que llevaba tiempo meditando y que era solo cuestión de tiempo. A partir de abril tiene previsto formalizar el divorcio. Considera que a partir de esa fecha se quitará un gran peso de encima.
La hija pequeña de la pareja "cumple la mayoría de edad" y la infanta "se quiere quitar ese anillo de casada", apunta la periodista. Esa alianza se "ha convertido en un símbolo de humillación y sufrimiento". Quiere dejar atrás ese capítulo de su vida y comenzar de nuevo a los 57 años.
Para ello resultará muy importante el papel de sus hijos, que permanecen muy pendientes de ella en todo momento. Pero por distintos motivos todavía tendrá que tener contacto con el exjugador de balonmano. Sobre todo en fechas importantes.
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Irene Urdangarin no consigue quitarse de la cabeza las imágenes de su padre con Ainhoa Armentia por las playas del País Vasco francés. Aquellas fotografías dejaban al descubierto la doble vida del deportista, que trató de llevar en secreto aquella relación con una compañera del trabajo. Pero en lugar de mantenerse con un perfil bajo ha continuado haciendo escapadas sin importarle la presencia de los fotógrafos.
"La última puñalada" fue el viaje que protagonizó a Baqueira "Iñaki con su amante". Así es como considera Cristina a Ainhoa, ya que entiende que legalmente ella todavía sigue siendo su esposa, recalca Eyre. Explica que eso ha sido la gota que colmó el vaso, aunque durante los últimos meses se han producido una serie de acontecimientos que le han molestado mucho.
Habrá que esperar un par de meses para que oficialmente dejen de estar casados. En el pasado le dio muchas oportunidades, pero ahora ya no hay marcha atrás y está decidida a romper con el que fuera su marido.
Irene Urdangarin se preocupa por su padre
Irene Urdangarin sabe que el divorcio no le resultará gratis a su madre. Ella fue la encargada de tomar la decisión y quiere que se lleve a cabo con la mayor celeridad posible, cuando su hija alcance la mayoría de edad.
El matrimonio se disolverá, pero Iñaki tendrá que comprometerse a guardar silencio. La publicación recoge que se impondrán una serie de cláusulas para que no hable y a cambio cobrará una pensión por parte de su ex. De alguna manera pretende comprar su silencio.
El exduque de Palma ha estado muy vinculado a la Casa Real desde hace 25 años, por lo que sabe mucho. No quieren que en el futuro pueda irse de la lengua y desvelar algún secreto. Y más si está necesitado de dinero, como lleva asegurando desde hace tiempo.
Irene Urdangarin sabe que su padre no tiene ninguna fuente de ingresos tras ser despedido del despacho de abogados de Vitoria. No le resulta tan fácil encontrar un empleo. De ahí que apoye la propuesta de su madre de concederle una paga, aunque solo sea para que mantenga la boca cerrada.