A Isabel Preysler todavía le dura la resaca de la gran boda de Tamara Falcó e Íñigo Onieva. Tras varios problemas, la pareja conseguía darse el 'sí, quiero' en una ceremonia multitudinaria que sigue dando mucho de qué hablar.
Todavía hay opiniones reticentes a creerse esta historia de amor, sobre todo por la controvertida forma de ser de Onieva. Una de ellas fue Isabel que, tras desvelarse la infidelidad de Íñigo, acogió a su hija en su casa. Ahora, tras la boda, la 'reina de corazones' sorprendía dando plantón al recién estrenado matrimonio.
Isabel Preysler rechaza la invitación de su hija
Isabel Preysler ha pasado un fin de semana de lo más ajetreado tras la boda de Tamara. Por fin, el gran día llegó y los nervios para que todo fuera perfecto se han disipado. Han sido tres días frenéticos, porque aunque el enlace fue el pasado sábado 8 de julio, el viernes y el domingo también hubo celebración.
El día antes de la ceremonia, la pareja celebró una fiesta pre-boda junto a sus amigos y el domingo un almuerzo de despedida. Ya convertidos en marido y mujer, el recién estrenado matrimonio quiso celebrar con su gente el feliz acontecimiento.
No obstante, esa comida estuvo marcada por las ausencias. Sobre todo por la de Isabel, que no acudió a su cita con los recién casados. La familia Preysler decidió celebrar su propia reunión con la familia materna de Tamara en la mansión de Puerta de Hierro.
Julio José publicó varias stories de la celebración en casa de su madre junto a su familia llegada de Filipinas. Isabel hace años que no viaja a su tierra natal, pero sigue teniendo muy presente a sus seres queridos. "¡La parte filipina de mi familia está en casa!", publicaba el hijo de Julio Iglesias.
También acudió Ana Boyer, hermana de Tamara, que optó por estar junto a la familia y no en el Ritz con los recién casados. Una estampa muy llamativa teniendo en cuenta que son muy pocas las veces en las que Tamara puede disfrutar de su familia al completo.
Isabel Preysler se distancia de la familia Onieva
Una de las cosas que más llamó la atención es que al almuerzo en el Ritz, sí acudió la familia Onieva al completo. Mientras Isabel Preysler hacía su propia fiesta post-boda con su gente, Tamara optaba por hacer lo propio con la familia de su marido.
Cada cual decidió celebrar el enlace por separado y esto generó mucha sorpresa. El almuerzo organizado por el matrimonio congregó a sus amigos y familiares más cercanos, y la ausencia de la madre de la novia fue muy comentada.
En cambio, la familia al completo de Íñigo sí hizo acto de presencia para compartir con ellos los momentos más emotivos de la boda. Su hermana Alejandra fue la primera en llegar, muy seria por el acoso de la prensa, y más tarde aparecieron sus padres y su hermano.
Toda una reunión familiar a la que Isabel correspondió con su propia fiesta en su domicilio. Una alejada de los medios y de la que se ha tenido conocimientos gracias a las publicaciones de Julio José.
Sin duda, la socialité prefirió aprovechar al máximo la estancia de su familia a la que no suele ver con asiduidad. La exmujer de Julio Iglesias ponía así punto y final a un fin de semana de vértigo y le daba a los suyos una merecida fiesta de despedida.
Tras el almuerzo en el Ritz, la pareja ya ha puesto rumbo a su luna de miel cuyo destino es desconocido. La idea inicial es pasar un mes fuera de España visitando varios lugares donde desconectar de tanto estrés.