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Miguel Frigenti de Marina Esnal

Jacobo Ostos y Miguel Frigenti: NO a la violencia física y NO a la violencia verbal

No hay que defender la violencia física, pero tampoco la verbal

Miguel Frigenti y Jacobo Ostos se han convertido en dos de los protagonistas de la semana dentro de la crónica social a raíz de la agresión de este último al colaborador de Sálvame durante una jornada de fiesta, la cual tuvo lugar en la noche del pasado viernes en Madrid.

Lejos de disculparse, el hijo de Jaime Ostos justificó lo ocurrido (error), alegando que Frigenti había tenido un comportamiento muy sucio (error), justo el mismo día que falleció su padre con unas desafortunadas palabras hacia el recién fallecido.

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Es por eso que Ostos decidió a su antojo darle a este "una bofetada correctora", un hecho muy criticado en los diferentes espacios de Telecinco y también en las redes sociales.

Miguel, el protagonista y la víctima de este asunto, ha dado su versión sobre los hechos asegurando que "no fue un tortazo, sino un puñetazo" por el que, además, tiene el pómulo inflamado.

Miguel Frigenti
Las versiones entre Miguel Frigenti y Jacobo Ostos no coinciden | Instagram @miguelfrigenti

El de Talavera ha confesado que, antes de este golpe, Jacobo Ostos le dedicó las siguientes palabras: "Con los muertos no se juega, maricón", algo que la parte opuesta niega por completo. Dos explicaciones distintas de una misma historia, sobre la que Jacobo asegura que Miguel le ha interpuesto "una denuncia falsa", y que eso "se le va a volver cuesta arriba".

Dejado de lado lo anteriormente mencionado y con una conclusión que no roza el aplauso fácil, ya que hoy en día cada palabra y cada gesto se critica al milímetro, tengo que decir que la violencia verbal, esa que personas como Miguel Frigenti lleva ejerciendo años en televisión con total impunidad (y no lo digo yo, lo dicen las cientos de imágenes de archivo que así lo demuestran) tampoco se puede pasar por alto.

De hecho, este tipo de conducta creo que es mucho más dolorosa y deja más cicatrices que lo referente al tema físico (una conducta que NUNCA se debe practicar).

La diferencia es que esta última es mucho más fácil de demostrar, pero los daños psicológicos ocasionados con palabras, conductas dañinas y llenas de malas intenciones, pues... a ver qué hacemos con todas ellas, porque ya son muchas, y parece que han llegado para normalizarse e incluso, en ocasiones, aplaudirse. Una pena.