Javier Cámara es uno de los grandes actores del cine español. A su brillantez en el ámbito de la interpretación, se le une el cariño que suscita entre la gente que le conoce. Pero con su vida privada trata de ser muy discreto, sin dejar grandes titulares.
Sus amigos destacan su carácter sencillo, directo y tranquilo. Los compañeros de profesión le adoran. Saben que con él las risas están garantizadas, siendo capaz de protagonizar unas cuantas anécdotas en los rodajes.
Es posible que el público piense en Javier Cámara como un gran actor de comedia, pero también ha sabido adaptarse a otros registros. En su carrera ha habido muchos papeles, pero quizás el más importante sea el de padre.
Tiene dos hijos, niño y niña, a los que trajo hace cinco años procedentes de Nueva York tras recurrir a un vientre de alquiler. "Siempre quise ser padre", confesó alguna vez.
Desde muy joven siempre tuvo muy claro lo que quería en la vida. Estando en su pueblo de La Rioja ya sabía que su futuro pasaba por el mundo de la interpretación. Como es lógico, en su familia no encajaron nada bien sus planes de futuro.
Su padre era labrador y le costaba entender esos sueños que tenía su hijo. Tal y como recoge Libertad Digital en un perfil del actor, le supuso un gran sufrimiento "salir del armario". Ahora lamenta mucho que su progenitor ya no esté vivo para verle triunfar en el cine.
En cierta medida se sintió incomprendido. Nunca le dio el apoyo que necesitaba en la juventud. Pese a ello, no le guarda rencor y aún le recuerda con cariño.
Explican que fue un profesor de Historia el que recomendó a Javier Cámara hacer las maletas y probar fortuna en la capital. No lo dudó ni un momento y se plantó en Madrid con lo puesto. Empezó a ganarse la vida como acomodador en un cine, y con lo que obtenía pudo pagarse las clases en la Escuela de Arte Dramático.
Tenía un sueño en la vida y no paró hasta conseguirlo. Empezó desde abajo, demostrando su talento. Hoy en día ya nadie le puede discutir que está entre los más grandes.
Se dio a conocer hace mucho tiempo en una serie de Antena 3 junto a Andrés Pajares, en ¡Ay, señor, señor!. También tuvo la oportunidad de compartir escenario con Lina Morgan, de la que pudo aprender bastante. Pero cuando pudo despuntar de verdad fue en 7 vidas, en donde fingía ser el hijo de Amparo Baró.
Entre ellos dos había mucha química en los rodajes. Pero llegó un momento en que ella dejó de hablarle. El motivo es que el riojano dejaba la serie para emprender nuevos proyectos profesionales.
Javier Cámara no desvela el nombre de sus hijos ni de su pareja
Javier Cámara había dejado la serie de Telecinco para convertirse en un chico Almodóvar. Le dirigió en Hable con ella, La mala educación y Los amantes pasajeros. Aquello le situó en lo más alto.
Pero el actor no deja de ser un desconocido para la mayoría de espectadores. Su vida privada es todo un secreto. Se reserva con mucho hermetismo el nombre de sus mellizos, pero también la identidad de su pareja.
Solo permitió que se difundieran un par de imágenes de él empujando un cochecito de bebé cerca de su casa. Los menores consiguieron cambiar su vida, y es de lo que más orgulloso se siente. En una entrevista en El hormiguero explicó que "ser padre es hermoso, yo estoy aprendiendo constantemente de mis hijos".
En su intento por pasar desapercibido, es posible que si se encuentra a Javier Cámara por la calle vaya con su inseparable gorra. Eso sí, no tiene ningún inconveniente en atender a sus seguidores, que le detienen cada poco para hacerse una foto con él.