Arnau se considera que es buen chico y siempre trata de hacer reír a la gente. Solo ha tenido una pareja de tres años y era muy tóxico.
Él se enamora muy rápido, pero también se le va muy rápido. No hace caso a las redes sociales y prefiere que le llamen la atención en persona.
Mar asegura que le encanta bailar y cantar desde que se levanta por las mañanas. Le han sorprendido los tatuajes de Arnau.
Mientras que él se fija sobre todo en la sonrisa y también le gusta eso de que vivan cerca. Ella confiesa que nunca ha estado con una persona con tantos tatuajes, pero le gusta mucho que se dedique a eso.
Arnau la ve una chica muy expresiva y contenta. Ella le pregunta entonces si le conoce de algo, porque le suena mucho.
Y él le explica que se ha abierto una cuenta en Tik Tok que está teniendo muchas visitas. Y Mar le confiesa que le encantaría abrirse una cuenta para hacer bromas callejeras.
Los dos también en común que les gusta ir de cara y ser sinceros con el otro. "Si hay una discusión, prefiero hablarlo", le dice Arnau. "En mi antigua relación nos lo callábamos todo y he aprendido lo que no quiero".
Lo que no le cuadra a Arnau es que ella sea controladora. "No me gusta que me aten en corto". Mientras que Mar le ve buen chico y le ha gustado su forma de ser.
Cando ella le saca el tema de la intimidad, ella considera que es sexual, pero le falta mojarse.
Finalmente, los dos opinan que se les ha hecho corto el tiempo de la cita y quieren seguir conociéndose.
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Manel, demasiado espiritual para Sara
Manel se define como muy reflexivo y cree que tiene una vida llena de sorpresas. Fue padre con 19 años, muy joven, lo que marcaba un antes y un después.
No tiene pareja, pero porque él tampoco lo busca. "Uso mucho la magia, soy un poco mísitico", confiesa. Le gusta más eso de que la vida le sorprenda, y espera una mujer que sea auténtica.
Sara es entrenadora, aunque antes no le gustaba el deporte. Descubrirlo le ha ayudado a superar sus inseguridades.
Los dos coinciden en que son muy estrictos con la comida. Manel le cuenta que lo hizo a raíz de que le detectaran un cáncer y también sufrir un paro cardíaco con apenas 20 años.
Ahí le cambiaba el chip y perdía hasta 105 kilos, con constancia y disciplina, y lo hizo por su hijo recién nacido.
Sara, le cuenta entonces que más allá del fitness, le encanta bailar y hace pole dance. Además, prefiere estar sola y es muy independiente.
Aunque en cierto momento, a ella no le ha parecido una persona espontánea. "Parecía que tenía un guión".
Ella considera que Manel es demasiado profundo y le ha aburrido un poco, ya que ella busca a alguien con un poco más de acción.
Juan José y su propuesta indecente a Teresa
Juan José entra con paso firme al restaurante. Él asegura que no ha sufrido, porque se ha tomado la vida de cachondeo.
Busca una mujer de verdad, que le llene y que tenga carácter, un poquito mandona. No le gustan las personas aburridas, porque él es muy fogoso.
Teresa es muy pasional y le gusta el sexo, pero no con cualquiera. Ella al ver a Juan José confiesa que se esperaba otra cosa, pero le ha dado muy buena impresión.
Aunque a él no le ha gustado físicamente. "Y mira que me gustan todas las mujeres", comenta.
Cuando ella le dice que tiene 54, él opina que hay mujeres a su edad que están "como niñas". Además, la ha visto muy parada, y Juan José quiere todo lo contrario.
Tampoco coinciden en el hecho de que a él le gusta salir mucho, y enseguida se da cuenta de que Teresa ha sufrido mucho.
Cuando él le pregunta por el sexo, se queda muy impactado cuando ella le confiesa que lleva desde antes de divorciarse, más de cuatro años.
"Soy virgen otra vez", bromea ella. Y en ese momento Juan José se ofrece a solucionar el problema. "Vamos al cuartito ese".
Al final, Juan José le explica que buscaba una mujer mucho más lanzada.