Kiko Rivera es obligado por los médicos a tomarse un descanso. Aunque no quiera, tendrá que hacerlo por preinscripción médica y por el bien de su salud. Es consciente de que tan solo tiene 38 años y que el ictus le puede pasar factura si no decide frenar en seco con el tipo de vida frenética que llevaba.
No solo con sus relaciones familiares con su madre y su hermana que también le han afectado, sino también las costumbres alimenticias que tenía y todos los conciertos que daba.
A parar en seco, a descansar, a dejar de fumar y centrarse en su salud. De momento, se puede decir que lo está intentando, pues los últimos movimientos que se han conocido así lo indica.
Ha empezado con la ardua tarea de dejar el tabaco, cosa que se la ha prometido a sí mismo y a sus fans. "Esta vez si, por cojones, un fumador menos en el mundo", compartió a través de una historia en Instagram con una foto de un cigarrillo eléctrico, pero sin nicotina.
Kiko Rivera frena el nivel de vida que llevaba antes del derrame cerebral
Justo antes de que le diera el ictus, Kiko Rivera acababa de anunciar su último single, Vudú. Una canción que empezaría a cantar en los próximos bolos fijados, sin embargo, ha tenido que cancelar todo por el bien de su salud.
Durante unos meses, los fans del cantante no lo verán subido a ningún escenario, ya que debe descansar según le han dicho los médicos. Así, se ha conocido la cifra que el artista dejará de embolsar estos meses debido a la cancelación de sus bolos y conciertos que ya estaban fijados por toda España.
Se conoce que ganaba 6.000 euros cada vez que se subía al escenario, aproximadamente. Semana ha revelado que, de momento, le han dicho que tiene que reposar hasta diciembre, por lo tanto, estiman que ha cancelado 12 conciertos. Sin saber aún que pasará con los de nochebuena y nochevieja, fechas por las que sus ingresos se multiplican exponencialmente.
12 conciertos de aquí a diciembre por unos 6.000 euros por bolo, hacen una pérdida total de 72.000 euros. Dinero que echará en falta para poder continuar con el tren de vida lujoso que llevaba. Aunque con el millón y medio de euros que aseguró tener en La Resistencia, podrán tirar hasta que pueda volver a generar ingresos por los conciertos.
Se le iba a ver cantar en Barcelona, Galicia y Asturias, entre otras. Sin embargo, sus fans tendrán que esperar un poco más para ver al hijo de Isabel Pantoja de nuevo subido en un escenario.
La relación con su madre y su hermana le ha pasado factura
Otro de los factores de los que más se habla en relación al ictus de Kiko, es la mala relación que tenía con su madre y con su hermana. Según él y su prima, Anabel Pantoja, las cosas estaban mejorando con su madre, mientras que no dejaban de empeorar con 'Chabelita'.
Isa Pi salió en El programa de Ana Rosa asegurando que su madre estaba mal porque no podía verle. Así se lo habían recomendado los médicos también, que no querían que se pudiese alterar de nuevo.
Por esta razón, la tonadillera tan solo pudo verle por videollamada desde el hospital. Pero su hermana ni eso, dado que acudió cuando él aún estaba en la UCI y se marchó sin poder darle un abrazo que era lo que ella quería. No obstante, tampoco volvió cuando el cantante ya estaba en planta y sí podía recibir noticias, ahora ha decidido poner tierra de por medio y se ha ido a Tailandia.