Kiko Rivera volvió a dar un buen susto a sus familiares en las últimas horas. El día que cumplía 39 años tuvo que ingresar en un hospital, lo que hizo saltar todas las alarmas. Sobre todo tras el ictus que sufrió hace unos meses.
Estaba muy ilusionado con la llegada de su aniversario, como advirtió a través de sus redes sociales. "Solo quedan unas horas para mi cumpleaños", escribió. Sin embargo, un problema de salud truncó todos sus planes.
Kiko se vio obligado a acudir a un centro sanitario, como él mismo se encargó de confirmar en Instagram. "Así empecé anoche de madrugada mi cumpleaños", apuntaba resignado. Le daba la bienvenida a un nuevo año con una imagen un tanto desalentadora.
Aparecía conectado a una vía intravenosa. En un primer momento, pudo parecer que se trataba de algo de gravedad, pero se encargó de tranquilizar a sus seguidores. "No se alarmen, solo tengo un cólico nefrítico, pero duele, tela, telita, tela", recalcó.
Dicho problema se origina debido a una obstrucción en las vías urinarias, todo ello provocado por un cálculo renal. Dicha obstrucción impide que la orina no circule a lo largo de la vía urinaria, sino que acaba reteniéndose. Eso da lugar a un dolor muy intenso en el paciente.
Al cabo de unas horas ya pudo regresar a su casa, donde parecía algo más relajado. Indicó que estaba algo mejor, aunque las molestias seguían. "Buenas noches, he pasado una noche de perros con el cólico nefrítico", recordaba.
Continuó diciendo que "tuve que ir de madrugada al hospital, ahora me duele menos, pero vaya entradita de los 39". Insistía en lo molesto que resultaba este problema de salud: "No veas cómo duele, no se lo deseo ni al peor de los enemigos".
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Kiko Rivera confía en que la situación vaya a mejor con el paso de las horas. Como es lógico, espera que el dolor remita y le permita "comer un trocito de tarta". Para él supone una fecha muy especial este jueves 9 de febrero.
Tendrá la oportunidad de reunir a algunos de sus seres queridos. Junto a él estarán su esposa y sus hijas, que serán las encargadas de ayudarle a soplar las velas.
Sus allegados respiraron mucho más tranquilos cuando comprobaron que se trataba de un cólico. Después del ictus que sufrió, todos permanecen en alerta conscientes de que puede reproducirse de nuevo este problema.
Además, como se pudo comprobar hace unos días en Sálvame, sus hábitos siguen siendo poco saludables. Trató de cuidar un poco la alimentación tras su paso por el hospital, pero ha vuelto a recaer en ciertos vicios del pasado. Ya no se preocupa tanto por la comida que consume y eso puede llevarle a sufrir un disgusto en el momento menos esperado.
Kiko Rivera sigue distanciado de su familia
Kiko Rivera continúa empeñado en mantener alejados a sus familiares más directos, sobre todo a su madre y a su hermana. No quiere saber nada de ellas, como se ha podido comprobar en los últimos tiempos. Ni incluso cuando sufrió el ictus les permitió ir a la clínica a visitarle.
La situación no resulta nada sencilla para él. Siempre ha sido muy cercano con su gente, pero una serie de acontecimientos provocaron este distanciamiento. En el pasado ya había tenido enfrentamientos con ellas, pero casi siempre acababan resolviendo sus diferencias.
Ahora, la situación es totalmente diferente. Parece dispuesto a olvidarse de ambas. De hecho, no espera que ninguna de las dos se ponga en contacto con él para felicitarle por este día.
Kiko Rivera desea estar tranquilo y huir de ese conflicto permanente que protagonizaba un día sí y otro también con sus familiares. Prefiere centrarse en su mujer y en sus hijos, que son los que aportan la felicidad. Y más en estos momentos tan amargos tras su paso por el hospital.