Ser princesa y heredera al trono es algo con lo que muchos niños sueñan. La realidad de este deseo que tienen estos pequeños viene de las películas de princesas, las mismas que nosotros veíamos.
Nuestra imagen acerca de los herederos de la Corona ha cambiado según hemos ido creciendo, y la verdad es que hemos decidido muchos no querer pasar por un camino tan duro.
Tanto que a veces nos sentimos privilegiados por no haber crecido con una vida así a pesar de las facilidades.
La suerte de tener una monarquía en España es que podemos verlo de primera mano con nuestra heredera Leonor.
La rigidez de la Casa Real con Leonor y los demás integrantes
La princesa Leonor es la que será reina en España cuando Felipe VI abdique -como hizo su padre- o fallezca.
Ella tiene algunas normas más rígidas que seguir, pero la verdad es que todos los integrantes tienen normas muy estrictas.
La más básica es el pacto de silencio, los pertenecientes a la familia real deben de permanecer en silencio y no revelar ningún secreto o dar alguna información acerca de la institución.
Otra cosa que parece ser que ninguno más allá de los Reyes, Leonor y Sofía siguen, es no meterse en polémicas y llamar la atención.
Puede resultar cómico, pero el suegro de Letizia, Juan Carlos I, fue incapaz de seguirlo, entre la caza de elefantes en Botswana, las miles de amantes que ha tenido, el dinero de Arabia Saudí que le entregó a la última -Corinna Larsen-, las tarjetas 'black'.
Tan poco pudo mantener el decoro que se vio obligado a abdicar, y dejar al padre de Leonor hacer un trabajo muy duro para mejorar la imagen de la familia.
La infanta Cristina tampoco fue capaz de seguir la regla, se casó con un deportista, fue implicada en un gran caso de corrupción en el que participó su marido. Fue expulsada de la institución, y está separada porque Iñaki Urdangarin le fue infiel.
Y la infanta Elena igual. La cuñada de Letizia está separada, está implicada en numerosas polémicas y sus modales no son vistos con buenos ojos.
Sus hijos tampoco dejan mucho que desear, viven en la vida nocturna, peleas y alcohol. Sumándole que la prima de Leonor ha empezado una carrera de 'influencer'.
Leonor y Sofía son las más afectadas
La educación de las hijas de Letizia tiene unas reglas más estrictas que las dos mencionadas antes que aplica para toda la familia.
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Para comenzar, Letizia y Felipe nunca les han permitido a sus hijas decir la frase "no me gusta". Esto es porque nunca se les ha dejado comer dulces, y los sustituían por frutos secos.
También se aplica al resto de comidas, Leonor y Sofía no pueden renunciar a ningún plato que se les sirva. Recordemos que la reina Letizia tiene una estricta dieta que aplica también para su marido y sus hijas, con cero azúcar, productos siempre frescos y 'BIO', etc.
Las niñas tampoco pueden ver la televisión entre semana, sólo podrían hacerlo los fines de semana y en un horario determinado.
El uso de internet está restringido, sólo para fines escolares, no vaya a ser que vayan a ver cosas indebidas -como noticias sobre la familia-.
La hora a la que deben de irse a la cama es a las nueve de la noche, por ahora esto sólo es para Sofía, ya que Leonor se encuentra en Gales estudiando y su horario será distinto.
Tanto la princesa como la infanta tampoco podrían recibir regalos en público, sólo detalles pequeños en 'petit comité'.
Algo que realmente escandaliza, es que las hijas de Letizia no pueden llorar en público, deberían de contenerse para mantener una imagen pulcra.
Por último, Leonor es la heredera al trono, y por si no lo fuera, lo sería Sofía. Por lo que ambas deben de tener no sólo una educación, unos modales y una rutina que, por lo que vemos, es bastante estricta. Ellas también deben de tener una formación muy completa, idiomas, diplomacia, protocolo, militar, derecho, etc.
Lo visto es que ser parte de la realeza no es cómo escuchábamos en los cuentos de cuando éramos pequeños. Nadie habría querido esto para su niñez, ni sería capaz de soportarlo, a no ser que haya nacido así.