Leonor de Borbón es una joven cuya formación está enfocada para convertirse un día en reina de España. El título de princesa de Asturias no es lo único que ha heredado. Hace años, Leonor recibió un misterioso legado cuyo destino se ha desvelado hace unos días.
La princesa de Asturias, a la que vimos el 15 de diciembre en un acto de la Cruz Roja, pasó las fiestas en nuestro país. La joven regresó a Gales el pasado día 4 y comienza un año decisivo en su vida como futura reina de España. Leonor se enfrenta a muchos retos, cumplirá la mayoría de edad, acaba sus estudios de bachillerato y comenzará una nueva etapa académica y militar.
Leonor, su hermana Sofía y sus primos, herederos por sorpresa
Han pasado 13 años desde que se procedió a la lectura del testamento de Juan Ignacio Balada Llabrés. Un empresario menorquín que decidió legar toda su fortuna a los entonces príncipes de Asturias y a los ocho nietos de los eméritos. Balada especificó que, en caso de que los miembros de la familia real no aceptaran la herencia, esta fuera a parar al Estado de Israel.
Se sabe que el empresario nunca conoció personalmente a los reyes y que Felipe tuvo dudas en aceptar los casi 10 millones de euros. Finalmente aceptaron y pensaron que ese dinero podría ayudar a mucha gente de la isla. En estos años, Felipe de Borbón se ha interesado por conocer la figura del empresario menorquín.
Juan Ignacio era hijo de Ramón Balada, dueño de un cine en la ciudad, y de Catalina Llabrés, la primera farmacéutica de la isla. Se trasladó joven a Barcelona para estudiar, pero no terminó ninguna carrera, allí se ganaba la vida como pianista. Al morir su madre se hizo cargo de la farmacia, una joya modernista que cuando falleció en 2009 se encontraba en estado ruinoso.
Juan Ignacio consiguió reunir una gran fortuna, integrada por nueve propiedades inmobiliarias, con fincas rústicas y urbanas y otros activos financieros. En el testamento, Balada dividió su fortuna en dos, una parte la donó a los actuales reyes y a los ocho nietos de los eméritos. La otra mitad pidió que se dedicara a constituir una fundación que tratara asuntos de interés general.
Así surgió la Fundación Hesperia, dedicada a la investigación de enfermedades raras y la inserción en el mercado laboral de jóvenes discapacitados en Menorca. La parte que corresponde a Leonor, a su hermana y sus primos aun no ha sido resuelta. Todos los nietos de los eméritos son titulares del palacete en el que residía Balada, ahora mismo deshabitado.
El palacete del empresario permanece deshabitado
Previsiblemente se espera a que todos los nietos cumplan la mayoría de edad para así devolver los fondos de su posible venta a la fundación. Leonor, su hermana Sofía y su prima Irene aún son menores de 18 años. Ni Leonor, ni el resto de herederos podrían tener acceso al rendimiento económico de lo heredado, sino que volvería de nuevo a su origen.
Hace unos días los reyes viajaron hasta Menorca para la inauguración de la farmacia Llabrés, un acto que tuvo lugar en el Teatro des Born. Primero visitaron la farmacia para ser testigos de la rehabilitación realizada en este emblemático espacio que, tras más de 30 años cerrado, recupera su identidad. El establecimiento, uno de los pocos edificios modernistas de Menorca, ha sido rehabilitado como espacio para las actividades de la Fundación Hesperia.
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