Leonor tuvo que soportar un gesto de su abuela que no le agradó lo más mínimo. Ocurrió la semana pasada tras la ceremonia de los Premios Princesa en Asturias. El comportamiento de la emérita no pasó desapercibido para algunos de los presentes en los pasillos del Teatro Campoamor de Oviedo.
La relación entre la reina y su suegra continúa siendo muy tensa. El rostro de la primera cuando posó delante de los fotógrafos a la entrada del recinto era todo un poema, cuenta Pilar Eyre. En su blog de la revista Lecturas señala que Sofía le sobraba a la asturiana.
Era el día de Leonor, que se presentaba en público después de varios meses y que tenía ante sí el reto de estar a la altura en unos galardones tan exitosos. Pero su abuela parecía empeñada en hacerle sombra. Las dos horas de la ceremonia se le hicieron bastante largas a la reina, apuntan.
En su tierra trata de ofrecer una imagen cercana, de familia unida y moderna. Pretende hacer cambiar de opinión a mucha gente que continúa viendo a la institución como algo clásico y prescindible.
Leonor sabe que ha sido el centro de todas las miradas
Durante la jornada del jueves, Letizia se encargó de sacar toda la artillería pesada. Mostró espalda, brazos musculados, tacones y bronceado, lo que hizo que toda la atención recayera sobre ella. Aseguran que era una manera más de proteger a sus hijas.
Mientras la crítica se centrara sobre ella se evitarían los comentarios negativos sobre sus hijas. En cualquier caso, como suele ser habitual en este tipo de eventos, todos acaban recibiendo 'palos'.
Leonor vivió una situación incómoda el viernes, en el típico posado que se realiza a la entrada del Campoamor. La emérita se puso junto a su hijo y la princesa le pidió que se apartara, señala Eyre. La esposa de Juan Carlos trató de interactuar con la reina, pero apenas recibía atenciones por parte de su nuera.
De hecho se puede decir que le daba la espalda. Era como si Sofía le sobrase en aquel momento y no tuviera reparo en mostrarlo en público.
La periodista de Lecturas señala que la emérita se acomodó en su palco mientras el resto de la familia real esperaba en la calle a realizar su entrada. La gran sorpresa llegó cuando entraron y comprobaron como todo el mundo estaba de pie aplaudiendo a Sofía. Aquello provocó el cabreo de la reina, que no pudo disfrutar como hubiera deseado del acto.
Aseguran que también se produjo un momento incómodo a la salida. Letizia departía con Meritxell Batet, de espaldas a las escaleras por donde debía bajar su suegra. La emérita apareció y trató de acercarse al grupo en el que estaba la asturiana, aunque sin demasiado éxito.
Finalmente fue Felipe el que se acercó a su esposa y le advirtió de la presencia de su madre. Se hizo la sorprendida y la acabó saludando con muy poca efusividad.
Leonor fue frenada por su abuela
Leonor y la infanta iban a salir del Campoamor cuando Sofía las frenó para salir ella delante. Posiblemente para llevarse todos los aplausos y el cariño de la calle. Eyre considera que "fue un gesto leve, pero contundente".
La princesa no pareció hacerle demasiado caso y "se escaqueó por donde pudo". La cara que se le quedó a la abuela era "terrible". En cualquier caso, siempre trata de ofrecer en público su mejor versión con una sonrisa inocente.
Explica la periodista que se trata de "una pantomima que realiza a la perfección". Sobre todo porque son muchos años los que "lleva interpretándola". Y todo ante la mirada de su hijo, que permanece totalmente ajeno a todo, sin capacidad para actuar.
Leonor no tuvo un fin de semana precisamente agradable. Se levantó el sábado indispuesta, al igual que Sofía. En mitad del recorrido del Pueblo Ejemplar tuvo que marcharse por encontrarse enferma.
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