Letizia estaba encantada con la posibilidad de disfrutar de las fiestas navideñas en familia. Sin embargo, hubo algo que impidió que estuvieran todos juntos el día de Año Nuevo. El rey Felipe tuvo que ausentarse y pasó lejos de los suyos esa fecha tan especial.
Unas horas después de estrenar el 2023 el monarca tuvo que hacer las maletas. Tomó un avión con destino a Brasil, donde acudió a los actos de toma de posesión del presidente electo, Luiz Inácio Lula da Silva. Se trataba de un compromiso institucional del que no pudo librarse.
Letizia tuvo más fortuna y pudo quedarse en casa con sus hijas. El hijo de Juan Carlos y Sofía ya es todo un experto en este tipo de ceremonias. Desde 1996 ha asistido a 80 tomas de posesión, muchas de ellas como príncipe de Asturias.
Fue el primer viaje que realizó al país sudamericano desde que fuera proclamado rey en 2014. Eso sí, con anterioridad ya había participado en un par de actos de relevo, pero siempre como heredero. En 2003 en la ceremonia en la que Cardoso cedió el testigo a Lula y en 2011 cuanto tomó posesión Dilma Rousseff.
Pero más allá de esto, la agenda del monarca estuvo repleta de compromisos durante su estancia en este territorio. A primera hora de la mañana aterrizó en Brasilia, para a continuación participar en una reunión en la Embajada de España. También pudo compartir un almuerzo con el presidente de Portugal, con el que mantiene una buena amistad.
Por la tarde tomó parte en el acto de proclamación de Lula como nuevo presidente. Regresa al poder después de haber dirigido las riendas del país entre 2003 y 2010.
Letizia no estuvo presente, aunque el rey sí que contó con la compañía de unos cuantos compatriotas en el acto de posesión. Entre ellos el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, y la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz.
Sin lugar a dudas, fue un comienzo de año un tanto atípico para Felipe, pero también para la Familia Real. Por lo general, durante estas fechas suele despejar su agenda de compromisos para estar con los suyos. Pero en esta ocasión, no le quedó más remedio que hacer las maletas.
Ha tenido unas jornadas de trabajo muy intensas. No hay que olvidar que el pasado 31 de diciembre también presidió el juramento o promesa de los nuevos jueces del Tribunal Constitucional en Zarzuela.
Posiblemente no esperase un final de año y un principio de 2023 tan movidos. Pero el deber le obligó a alterar sus planes iniciales y a abandonar a su familia durante unas horas.
Letizia esperaba que estuvieran todos juntos
Letizia le concede una gran importancia a la familia. Le hubiera gustado que el rey se hubiera quedado con ellas en palacio. Sobre todo pensando en la princesa.
En cuestión de un par de días será ella la que emprenda viaje de nuevo con destino a Gales. La hija de Letizia debe reanudar el curso en el centro en el que estudia. Debe prepararse para lo que le queda de curso, que promete ser muy intenso.
La marcha tan prematura de Leonor le impedirá cumplir con una de las grandes tradiciones de los Ortiz. Suelen reunirse todos el día de Reyes en casa del abuelo materno. Allí pueden disfrutar del roscón y de una taza de chocolate caliente.
Letizia pretende aprovechar estas dos jornadas que le restan para estar junto a su hija. Más adelante les resultará complicado coincidir y las obligaciones académicas le impedirán volver con tanta frecuencia.
NOVEDAD WHATSAPP: Pincha aquí para leer GRATIS tus noticias favoritas del Corazón en WhatsApp