María Patiño tiene una regla de oro a pesar de ser una de las grandes estrellas de 'Sálvame' y es que nunca habla sobre su vida privada.
La presentadora ha procurado proteger a su familia al máximo y mantener en un segundo plano tanto a su pareja como a su hijo Julio.
De hecho, a día de hoy todavía no conocemos la identidad del padre del joven, que ya tiene 23 años. Así lo decidía Patiño, aunque sí se sospecha que ha podido tener ciertas diferencias con él.
Lo cierto es que en todo momento ha sido la pareja de la presentadora, Ricardo Rodríguez, con el que se casaba hace 15 años, el que podría haber ejercido esa faceta tan necesaria en la vida del joven.
Mientras que, por otro lado, el padre de su hijo sigue siendo un completo desconocido. Y a pesar de que han sido numerosas las ocasiones en las que le han pedido que revele el nombre, María jamás ha querido hacerlo.
Además, la presentadora tampoco se ha planteado tener otro bebé, a pesar de que su relación con Ricardo no puede ser más idílica y estable.
Sin embargo, y para sorpresa de muchos, Patiño ha roto la que hasta el momento era su regla de oro. Así, ha desvelado detalles que hasta el momento desconocíamos sobre su hijo Julio.
A raíz de la delicada situación que atraviesa Carmen Borrego tras el nacimiento de su nieto, la presentadora no ha podido evitar emocionarse recordando el día en que ella tuvo a su niño.
"Soy una persona que no ha estado casada y me ha sido muy difícil, por no decir imposible, conciliar mi trabajo con la educación de mi hijo", se ha sincerado María Patiño.
María Patiño se emociona al hablar sobre su hijo Julio
Al recordar la gran alegría y felicidad que la llegada de su hijo trajo a su vida, la presentadora se ha visto incapaz de contener la emoción.
"¿Sabes cuál fue uno de los momentos de felicidad más grande de mi madre? Cuando vio a su nieto", ha confesado entre lágrimas.
"Dicen que lo que siente una abuela es la leche, he pensado mucho en Carmen y recuerdo mucho eso, lo que dicen las abuelas...", añadía a continuación.
El motivo de este gran silencio y protección que María siempre ha tenido con su hijo, tiene una clara explicación que ya dio hace un tiempo.
"Una de las cosas que me prometí a mí misma cuando decidí ser madre es que tenía una obligación por encima de todas, y era protegerlo. A partir de ahí, lo llevo al extremo. Es muy importante que para que sea feliz esté muy al margen de todo", aseguraba.
De hecho, lo poco que sabemos sobre él es que es "un poco retraído y le cuesta expresar emociones, como a mí. En eso nos parecemos mucho".