Susana de 56 años se considera una 'living la vida loca'. "Me encantan los focos, llamar la atención… tendría que haber sido famosa", asegura.
"Me encanta cantar, siempre estoy cantando", comenta a los camareros. Y es que a estas alturas, ella solo busca divertirse.
Después de dos divorcios, todavía no pierde ilusión. "Se cruzaron personas", deja caer.
"Quiero comerme la vida", sostiene. Susana deja claro que ella lo que busca es un hombre de verdad, alguien que le siga el ritmo.
Mientras que su cita, Alberto, dice ser un hombre que se hace notar. Susana le recibe cantando, aunque no le gusta que él se haya pedido un Gin Tonic.
"No me gusta que beban", explica. Además, confiesa que sueña con irse en un barco a navegar.
Aunque su cita le deja claro que no tiene 'ni barco ni barca'.
Cuando le dice que fuma, Susana termina de decepcionarse. Alberto le dice que fuma un paquete al día. "Con lo que odio yo el humo", señala.
A Alberto tampoco le gustan los animales, todo lo contrario a Susana, y parece que ella tampoco le convence.
"No me gusta, pero nada", advierte. Y por si no hubiese tenido bastante en la cita, Susana le ha sorprendido con una actuación en directo disfrazada de Marilyn Monroe.
Mientras que Alberto parecía de lo más incómodo y sin saber dónde meterse. Poco después, al irse a un apartado para estar más cómodos, ella demuestra una vez más tener un gran sentido del humor.
Así, le gasta una broma imitando a un gato y confiesa que le gusta hacerlo en público para echarse unas risas.
Finalmente, Alberto sorprende aceptando tener una segunda cita con ella, mientras que Susana le dice que no. Eso sí, él no se queda contento y le asegura que terminaría cayendo.
Gloria no es capaz de hacer frente a una distancia insalvable
Desirée confiesa que es bisexual, lo descubrió gracias a una amiga. Le gusta el cine, el maquillaje dramático.
Victor es un chico al que le gustan los videojuegos, está metido en el mundo de la ciberseguridad.
Su cita le ha dejado una carta bastante curiosa con un acertijo que ha sorprendido incluso a Carlos Sobera.
Tiene unos ojazos, comenta ella emocionada. Y es que parece que han conseguido hacer saltar las primeras chispas.
La pareja demuestra que a pesar de su juventud están dispuestos a enamorarse y sellan su cita con su bonito beso.
Mientras que, en otra mesa, Fernando asegura que no le gusta solo una mujer, sino que está disponible para varias. No ha trabajado nunca, ha sido futbolista profesional e incluso ha jugado con Julio Iglesias.
Gloria tiene una actitud muy optimista, no le gusta hablar de penas. "Eso no soluciona nada", opina.
El primer problema que se interpone entre ellos es la distancia. "Tengo que hacerme 1000 km para verla", se ha lamentado.
Ve un gran problema en eso de estar viajando de un lado a otro de manera constante.
Fernando no se corta a la hora de decir lo que siente o lo que piensa, pero con su cita no se atreve.
Asegura haberse enamorado de Asturias y su sueño era comprarse allí una casa con su mujer. Lamentablemente ella falleció sin poder cumplirlo.
Y a pesar de que podrían hacer buena pareja, él parece buscar otra cosa, ya que no le convence el físico.
De hecho, deja claro que prefiere una chica más joven, ya que con su expareja se llevaba 20 años. Y, aún teniéndolo todo en contra, Fernando al final se dispone a darle una oportunidad.
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