Raquel Sánchez Silva vuelve a estar en el punto de mira, sobre todo ante el próximo documental que se emitirá en Netflix relacionado con el caso de Mario Biondo.
Una docuserie que se emitirá el próximo 3 de agosto y que pretende narrar las últimas horas del joven italiano, que perdía la vida en extrañas circunstancias.
Por tanto, este proyecto servirá para arrojar algo de luz al tema, y es que hasta el momento no se ha conseguido esclarecer qué ocurrió realmente aquel fatídico 30 de mayo de 2013.
Un trabajo, que tal y como explican desde la plataforma de streaming, es "fruto de una profunda labor de investigación, que se ha llevado a cabo entre 2021 y 2023, y que ha incluido más de 200 horas de grabación, una veintena de entrevistas, y la revisión de multitud de fuentes bibliográficas".
Sin embargo, el documental no contaría con la aprobación de los exsuegros de Raquel Sánchez Silva, Santina y Pippo Biondo, que aseguran sentirse engañados.
Sobre todo, porque ellos accedieron a aportar cierta documentación sin saber quién estaba realmente detrás de la docuserie: nada menos que Guillermo Gómez, exmánager de la que fuese su nuera.
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Raquel Sánchez Silva, en pie de guerra con los padres de Mario Biondo
Así, en medio del gran revuelo que se ha generado al respecto, los padres de Mario Biondo han decidido dar otro importante paso.
Y es que acaban de presentar una nueva denuncia en el Juzgado de Instrucción número 21 de Madrid "por unos delitos que no se han perseguido, y que podrían tener relación de forma directa o indirecta con la muerte de su hijo".
Desde hace años que la pareja defiende la teoría de que Mario pudo ser asesinado. Por tanto, su fallecimiento no fue ni un accidente ni un suicidio, como señalaron distintos informes policiales.
Fue justo el pasado mes de agosto cuando la justicia italiana por fin admitía que la muerte de Biondo podía deberse a un asesinato.
Además, también reconocían que la escena del presunto crimen habría sido manipulada para que pareciera un suicidio.
Un veredicto que instaba a Santina y Pippo a solicitar la reapertura del caso en España, motivo por el que se encargaron de recoger todos los informes y pruebas necesarios.