México y la ex de Enrique Ponce hace mucho que se ven las caras de cerca. Esta vez, confiesa que su relación es en serio y Enrique Ponce es quien sale peor parado de la historia.
Aunque ha pasado el tiempo, el drama sigue intacto y con más vida que nunca. Enrique Ponce ya no sale con Paloma Cuevas, quien actualmente mantiene una relación con Luis Miguel.
Ha habido rumores de que esa relación estaba finalizada, pero por más que quisiera Enrique Ponce que así fuera, no es verdad. La realidad es muy distinta a lo que uno se imagina cuando está enamorado de una persona.
A pesar de ello, hay informaciones que confirman que el karma sí existe y que ahora le toca sufrir a la ex de Enrique Ponce. Habrían pillado a su actual pareja con otra mujer. Esto viene a ser un poco como la canción "te juraron falso amor y lo creíste".
Pues sí, así ha sido. Ahora parece ser que quien se lo ha creído no ha sido Enrique Ponce, sino su ex pareja Paloma Cuevas. Quien se ha llevado un buen susto al ver informaciones que relacionan a su pareja con otra mujer que no es ella.
Enrique Ponce 'se la devuelve' a Paloma Cuevas
Como ya saben, a veces quien corta la relación no es siempre el que supera primero la ruptura. Esto le ha pasado al torero Enrique Ponce. A pesar de haber rehecho su vida con una chica mucho más joven que él, hay quienes aseguran que sus movimientos esconden algo.
Casualmente Enrique Ponce comunica su boda con su nueva pareja cuando se entera de que Paloma Cuevas tiene una presunta relación con Luis Miguel. Teniendo en cuenta el contexto de la situación, no está de más pensar que se trata de una competición por ver quién mueve ficha primero.
Lo más llamativo de toda esta historia es que Enrique Ponce tiene bastante prisa por casarse. ¿Quizás lo hace por rencor hacia su ex?
Eso no lo sabemos, pero lo que sí es seguro es que es demasiada casualidad que decida casarse cuando se entera de la nueva relación de su ex.
La nueva boda de Enrique Ponce
Ya se casó una vez en el año 1996 con Paloma Cuevas en la catedral de Valencia. Y ahora lo quiere hacer con su nueva pareja, la joven Ana Soria.
Eso sí, esta vez se trataría de una boda muchísimo más sencilla que la anterior por varias razones. Entre ellas, una de las principales es que la familia de la joven no quiere ser muy mediática.
Por lo que en esta boda no hay lugar para la bendición del Papa ni para una numerosa asistencia que llame la atención de los medios.
No sabemos si el diestro ha aborrecido los grandes acontecimientos, o es que no quiere repetir algo que le traslade de forma automática a 1996.
Lo cierto es que tanto Enrique Ponce como su prometida están ilusionados de cara al posible acontecimiento, sin tener en cuenta las razones escondidas.