Paloma Cuevas y Luis Miguel siguen acaparando la atención de los medios tras conocerse que mantenían una relación sentimental. A pesar de que no lo han hecho público de manera oficial, es un secreto a voces que hace tiempo comparten más que una amistad.
Tras acudir juntos a la boda del hijo de Rosa Clará, la pareja ha decidido contar con los servicios de personal de seguridad por una razón de peso para ellos.
Luis Miguel y Paloma Cuevas viajaron el viernes hasta París para acudir al enlace de Daniel Clará y Anne-Marie Colling. Se trataba de la primera vez que asistían juntos a un evento de estas características. Aprovechando su estancia en la capital francesa, la diseñadora y el cantante mexicano han decidido tomarse unas vacaciones, una romántica escapada que durará varios días.
En la Ciudad de la Luz tienen previstas varias visitas de interés cultural y gastronómico, recorrerán enclaves emblemáticos y acudirán a los restaurantes más exclusivos. Posteriormente, se dirigirán a la ciudad italiana de Nápoles. Allí comenzarán unos días de relax en un yate de lujo que los llevará a recorrer la costa del Mediterráneo.
La pareja ha decidido mantener a salvo su privacidad
Un viaje con el que adelantan las vacaciones de verano, dado que el artista tiene prevista una larga gira de conciertos para este año. Luis Miguel ofrecerá el primero el próximo 3 de agosto en Buenos Aires y no será hasta diciembre cuando la gira finalice. Cabe destacar que vendió las 400.000 entradas en 24 horas.
Así, Paloma y Luis Miguel han escogido el mes de junio para pasar unos días juntos y lo han hecho garantizando la tranquilidad de ambos. La pareja quiere evitar ser fotografiados por paparazzi y esa es la razón por la que han contratado un equipo que vela por su seguridad e intimidad durante estos días.
Luis Miguel siempre se ha mostrado esquivo con la prensa
Recordemos que en el año 2008 el cantante tuvo ocasión de visitar un lujoso restaurante de Los Ángeles. Con la intención de evitar ser fotografiado a la entrada del local, pidió a los empleados del establecimiento que lo cubrieran con sábanas. Una técnica poco sofisticada, pero parece que le dio resultado en aquella circunstancia.
Luis Miguel ha demostrado en estos años que una de sus virtudes es la paciencia. Así, no tiene inconveniente en despistar a la prensa entrando el último cuando acude con un grupo de personas a, por ejemplo, un restaurante. Las reservas, por otro lado, nunca están a su nombre, sino al de un tercero o incluso a nombre de alguien ficticio.
Otro gesto con el que demuestra que quiere pasar desapercibido es que Luis Miguel acostumbra a entrar, por ejemplo, a un aeropuerto, por puertas o accesos reservados para clientela VIP. Es habitual que se desplace en jet privado, evitando así el revuelo de fans y admiradores.
El cantante demostró en la boda del pasado fin de semana que es capaz de despistar a los medios de comunicación. En la fiesta previa a la boda, por ejemplo, Luis Miguel no pudo ser fotografiado junto a Paloma, aunque ambos estuvieron a bordo de un barco en el río Sena. Al día siguiente, en el banquete nupcial, el cantante esperó a que diese comienzo la celebración para hacer acto de presencia.
Fue en el Museo Rodin cuando aceptó ser fotografiado junto a Paloma para una conocida revista. Un posado pactado que deja constancia gráfica que Paloma y Luis Miguel acudieron juntos al enlace del hijo de Rosa Clará.