Paz Padilla está viviendo unos últimos tiempos muy complicados, como ha sido su despido de Sálvame. No obstante, lo más duro que ha tenido que sufrir ha sido la muerte de su marido, Antonio Juan Vidal. Fallecía en el verano de 2020, a los 53 años y a causa de un tumor cerebral.
Desde la marcha de él, la gaditana ha intentado seguir adelante. Y lo está consiguiendo, poco a poco. Buena muestra de esto es que ha confesado no estar cerrada a tener pareja, está dispuesta a vivir otra nueva historia de amor.
Jorge Javier Vázquez, descompuesto al confirmarse la muerte de una persona cercana
Paz Padilla, abierta a una nueva relación
La humorista ha acudido al programa Las tres puertas, presentado por María Casado, en La 1. Y en él se ha sincerado por completo sobre su vida más personal. No ha tenido tapujos en hablar del fallecimiento de su esposo e incluso de si rechaza al amor o no.
En concreto, se ha querido saber si estaría dispuesta a volver a tener pareja y no ha podido ser más clara. Ha dicho: “El amor es tan bonito. Hay gente que cree que el amor es el de enamorarse, pero yo lo veo por encima de eso”.
“Yo lo veo como el amor incondicional, el generoso, el compasivo, el blanco. Y eso lo puedes sentir viendo una puesta de sol o con una cervecita con los amigos o viendo a tu hija como crece. E incluso escribiendo o con un hombre que te acaricia y te besa”.
Después de estas palabras, ha sido más clara aún: “¿Por qué voy a negarme a volver a vivir eso? El amor no se dosifica. Y si viene una persona que me quiera y me haga volver a sentir lo que yo sentía...”.
“Está claro que si pasa, será diferente porque no hay dos amores iguales. Yo me he enamorado muchas veces. Amar es entregarse y es muy bonito, no se puede vivir sin amor”.
En este punto, ha sacado su sentido del humor para añadir: “Además, es que este cuerpo y estas carnes serranas...”.
Paz Padilla habla del momento personal que vive
La gaditana ha reconocido que no se cierra a volver a tener pareja y también ha hablado del instante que está viviendo. Ha expuesto: “He entendido que estoy sola y no le tengo miedo a la muerte ni tampoco a la vida. He aprendido lo que es la impermanencia, a desprenderme de todo, porque nada nos pertenece”.
“Cuando enterré a Antonio y recogía sus cosas pensaba que se había ido solo con amor. Se ha llevado solo el amor y ahora entiendo que nacemos solos y morimos solos y solo nos vamos a llevar de aquí el amor. Es lo único que alimenta el alma”.
Ha explicado además que había días “que me metía en la cama a llorar y a llorar, a solas y en silencio. No quería que ni él ni nadie me vieran llorar, porque el dolor era mío y nadie me podía consolar. El consuelo era que él te amaba y que se iba, pero no porque quisiera irse, se iba amándome”.
“Cuando él se va, pienso que no se merece que yo me hunda y tampoco puedo hundirme por mi familia, tengo que ser ejemplo para mi hija. Y cuando entiendes que el que se ha muerto es él y no yo, tengo que seguir viviendo. Lo que me queda es el miedo a vivir”.
A esto ha añadido: “Hay que aceptar que la vida son muchas vidas y que ahora me toca vivir otra etapa”.