Catalina cree que cualquier hombre querría estar con ella. Le gusta vivir bien y tener comodidades, por eso quiere un hombre decidido y que tome la iniciativa.
A Juanma le gusta ser detallista y sorprender a sus parejas, decirles lo guapas que están.
Catalina confiesa que le gusta superarse y en su trabajo es de las que más vende, algo que la hace sentir muy orgullosa.
Mientras que Juanma le cuenta que abrió su negocio en plena pandemia y terminó convirtiéndolo en todo un éxito.
Así que ambos tienen en común que profesionalmente no se conforman y les gusta avanzar.
Catalina no puede contener la sonrisa y deja claro que la cita está siendo un verdadero éxito.
"Yo no crecí con lujos y tengo muy claro que quiero salir adelante", le dice. "Si me compro unos zapatos tienen que ser buenos, si no no me los compro".
Por su parte, Juanma valora positivamente que tengan gustos y aficiones tan parecidas. "Porque quiere decir que tendremos muchas cosas en común en la relación".
"Quiero algo serio, una persona que quiera luchar conmigo. Soy muy exigente, pero sé que a cualquier hombre le gustaría estar conmigo", insiste Catalina.
Y la conversación no tarda en aumentar de intensidad. "Me gustan las chicas activas y fogosas", confiesa él.
Así que finalmente ambos deciden tener una segunda cita porque sienten que la atracción ha sido mutua.
Ramón, el abogado mujeriego al que cambian por Kiko Matamoros
Ramón es un abogado que confiesa ser muy enamoradizo. "Mi profesión es muy promiscua", reconoce.
"Yo me he casado dos veces y me dejaron, porque me gustan mucho las mujeres", le explica a Carlos Sobera.
Mientras que, por su parte, su cita Mariví busca un hombre "tipo Bertín Osborne o Kiko Matamoros".
Hace 8 años que perdió a su marido y asegura que es muy difícil encontrar otro igual a él. Ella busca a alguien que también le aporte conversación.
Mariví también cuenta que ha visto el mundo de la noche y lo conoce muy bien.
"Hace 13 o 14 años que no me dicen que guapa estás o lo atractiva que soy, porque tampoco me arreglo", se lamenta.
Y para empeorar todavía más la situación, la cena comienza a ser de lo más aburrida. Tanto es así, que llega un punto en el que parecen una pareja que lleva años juntos y han perdido la chispa.
"Mi primera mujer me echaba unas broncas que no veas", recuerda Ramón tras mancharse la camisa.
Y su cita le deja claro que quiere a Kiko Matamoros, a uno como él, "pero no tengo la misma edad ni físico que su novia".
"Yo lo había pedido alto, delgado y con dinero. Uno más joven que me empotrara contra la pared", dice dejando al abogado sin palabras.
"No he sido persona de irse con uno a la primera de cambio. Mi marido era muy feo, pero a la vez atractivo", asegura.
Finalmente, Ramón se queda con las ganas, ya que aunque sí que le gustaría tener una segunda cita, Mariví le dice que no.
Kevin, muy poco mundo para alguien como Manuel
Kevin no se considera del montón y es tatuador. Él mismo se ha hecho sus propios tatuajes.
Considera que viene de un linaje de brujas. En el amor, solo se ha topado con personas que se han aprovechado de él.
Mientras que su cita, Manuel, habla despacio y considera que eso puede molestar a muchas personas.
Así, confiesa que lo que le llama la atención son las cicatrices, se fija mucho en las peculiaridades de las personas.
A él le encanta viajar y se ha encontrado con que su cita es todo lo contrario. Además, también ha visto que su cita habla demasiado y está muy nervioso.
A Manuel le parece raro que Kevin no haya viajado más o vivido más experiencias viviendo en una ciudad como Barcelona.
E insiste en que a él le gusta viajar y descubrir cosas nuevas, pero a su cita no. De esa forma, marca una diferencia insalvable entre ambos. "Eso lo tienes o no lo tienes", opina.
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