Alberto Chicote está nuevamente en el punto de mira por lo sucedido en 'Pesadilla en la cocina'. Casi desde el comienzo, hace ya unos años, el formato ha recibido muchas críticas.
Sobre todo, procedentes de clientes bastante descontentos con el resultado del paso de Chicote por sus negocios. Muchos han cerrado, mientras que otros aseguran que todo es un show bien organizado.
Alberto Chicote recibe la peor acusación hasta el momento
Ha habido acusaciones de todo tipo, e incluso vídeos muy polémicos de antiguos participantes en los que exponían la gran mentira que esconde el programa.
Desde exigir a los empleados que no limpien el local para dejarles en mal lugar, hasta engañar acerca de la comida que sirven.
Acusaciones que tampoco han servido para hundir Alberto Chicote, que ya lleva 8 temporadas en antena. De hecho, ni siquiera el chef se cree el gran éxito que han tenido. "Y eso que no daban un duro por nosotros", reflexionaba en una reciente entrevista.
Queda claro que Chicote intenta dar todo de su parte para ayudar a los restaurantes que visita, ¿pero es cierto todo lo que vemos?
Esta temporada no se ha librado de polémicas casi desde el principio, y es que uno de los protagonistas era detenido por un presunto delito de violencia de género.
José María, propietario de 'Leña y Carbón' era detenido en su propio negocio. "Llegaron cinco coches patrullas con diez policías y me trataron violentamente, un médico tuvo que revisarme las manos", se lamentaba.
Y por si esto no fuese suficiente, ahora otro propietario, en esta ocasión del 'Magalia', ha decidido exponer al chef de la peor manera.
Lo cierto es el paso de Alberto Chicote por el restaurante no consiguió salvarles, sino todo lo contrario. "Es una decepción; para no volver a aparecer por allí", opinan sus últimos clientes.
Alberto Chicote, hundido por las críticas a su programa
"Un poco de decepción al comprobar que no habían conseguido mantener los platos de Alberto Chicote ni una semana", aseguran al respecto.
"Si bien la comida es abundante, le falta presentación y sabor. La atención no es mala, pero el servicio es bastante regular", prosiguen las críticas.
"No sabían nada de nuestra reserva para cinco, tuvieron que ponerse a montar una mesa en mitad de la terraza".
"Nos dijeron que la carta era otra cuando ya nos habían tomado nota y los tiempos fueron demasiado largos. Un lugar que podría ofrecer mucho más con una buena dirección", opinan.
Y ante este aluvión de críticas, el dueño del 'Magalia' no ha podido contenerse y ha terminado explotando.
Así, ha arremetido con dureza contra Chicote y su programa. Lo cierto es que durante la presencia del cocinero en el local, él y Manuel Martínez no dejaban de chocar por cualquier motivo.
El hostelero no aceptaba las críticas ni las recomendaciones del chef, que tuvo que reunir una gran paciencia para tratar con él.
Un mal rollo que todavía sigue presente medio año después de la grabación. Es más, ya no hay ni rastro del menú o los cambios que llevaban a cabo Alberto Chicote y su equipo.
En opinión del dueño, sus clientes le demandaban otro tipo de comida. "No es que estén malos, que son buenos, pero hay que saber dónde está uno", decía al respecto.
"A un obrero que lleva ocho horas trabajando no le puedes dar el tipo de comida que él dice porque no pega. Aquí se da comida tradicional y casera".
Para Manuel, intentaron imponerle unos platos que son para personas que se sientan en una oficina o ejecutivos.
"Aquí viene un obrero de trabajar ocho horas y le pones cocina con pétalos de flores y salsa verde y te dice esto qué es, hay que ponerle una merluza, un gallo fresco, carnes o platos que le alimenten", insiste.
El dueño de 'Magalia' destapa el show de Chicote
Además, deja muy claro que lo que se emite en televisión es un show. "Todo es un show, real no hay nada. Lo que sí que es verdad que el programa se graba en directo y luego se monta".
Así mismo detalla que "los clientes que van a comer no son gente aleatoria de la calle, ya que están seleccionados por "Pesadilla en la cocina".
"Las discusiones con mis empleados también son un show, fíjate si soy malo que hay alguno que lleva conmigo 16 años", prosigue.
Y tampoco se muerde la lengua a la hora de opinar sobre la reforma que le hicieron a su negocio. "Cualquiera sabe que un negocio no se sube o se baja en una semana, eso es imposible", argumenta.
"Es un lavado de imagen. Empiezan a las 5 de la tarde de un día y al día siguiente a las 10 de la mañana lo entregan. Hacen cuatro brochazo, ponen cuatro papeles y te dan cubiertos, adornos y ya. No hay tiempo para más", sentencia.
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