Rocío Flores adoptaba hace nueve meses una decisión muy complicada. Después de mucho pensárselo entendió que había llegado el momento de hacerlo. Pese al enorme sufrimiento que le supuso, hoy en día se muestra encantada y no se arrepiente de nada.
La influencer ha experimentado un notable cambio físico desde que diera sus primeros pasos en el mundo de la televisión. Tras su paso por Supervivientes consiguió quitarse de encima unos cuantos kilos. En concreto unos 16.
Rocío, sin embargo, no parecía estar del todo conforme con su aspecto. Eso fue lo que le llevó a pasar por el quirófano para realizarse una lipoescultura. Se trata de una intervención muy dolorosa que consigue redefinir el contorno del cuerpo.
El postoperatorio resulta de lo más incómodo. Durante los meses posteriores a la operación el paciente apenas puede sentarse. Debe estar tumbado o de pie.
A ello se le une también que se necesita utilizar una faja compresora durante todo el día, sin apenas posibilidad de quitársela. Ya se sabe que para lucir hay que sufrir, y eso es algo que ya sabe por experiencia la hija de Antonio David.
En cualquier caso, le cuesta mucho quitarse de la cabeza los malos momentos que vivió tras la intervención. Admite que lo pasó fatal. "El proceso que tuve fue un poco..., lo veía todo muy negro", apunta.
En un vídeo emitido por la clínica de estética que la operó agradece que "habéis aguantado mis llantos". Aparece en las imágenes con una imagen totalmente renovada, mucho más estilizada. Pese a todo lo sufrido, se muestra de lo más contenta: "Os doy un 10", indica a los responsables del centro.
Rocío Flores presenta un aspecto muy distinto al que nos tenía acostumbrados cuando dio sus primeros pasos en la pequeña pantalla. Se ha dejado por el camino unos cuantos kilos. Su paso por el reality de supervivencia le ayudó mucho a conseguir su objetivo.
Una vez que se puso en manos de los cirujanos ha hecho todo lo posible por mantenerse en su peso ideal. "Ahora intento cuidarme lo máximo que puedo, comer pequeñas cantidades y comida sana", desvela. Eso sí, todavía hay algo que se le resiste, y es la práctica de ejercicio físico.
En cualquier caso, viendo su figura no da la sensación de que lo necesite. Se encuentra en un gran momento, como demuestra con sus últimas publicaciones en redes sociales. Recientemente compartía en Instagram una fotografía de ella con muy poca ropa.
Ya había realizado algo similar el pasado 1 de enero. Se nota que está satisfecha con su cuerpo y no duda en mostrarlo siempre que le apetece.
Rocío Flores ya se ha operado varias veces
Rocío Flores desvela que "estoy muy feliz. Me ha cambiado la vida, he ganado mucha autoestima". La lipoescultura le ha permitido sentirse mucho mejor con su aspecto y explica que "me lo volvería a hacer a pesar de todo".
Aunque no se declara una obsesionada de la cirugía estética, sí que es cierto que ya ha pasado varias veces por el quirófano. Se ha hecho unos cuantos retoques en el rostro, como infiltraciones de ácido hialurónico o una bichectomía.
Esto último consiste en la extracción de acumulaciones de grasa en la cara. Con ello se persigue afinarla y que parezca más delgada. También fue intervenida del pecho tras las constantes variaciones de peso.
Rocío Flores ha ganado en confianza y cree que tanto sacrificio le ha merecido la pena. Ahora habla abiertamente de todo lo que ha supuesto para ella la lipoescultura a la que se sometió hace nueve meses.
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