Rocío Flores es una de las personas que más está acusando el conflicto que salpica a su madre con la familia Mohedano. Hace tiempo confesó que todo esto se hubiera evitado de haber estado presente su abuela. Cree que tenía la suficiente capacidad para poner de acuerdo a todos.
El pasado 27 de enero se cumplieron 22 años del fallecimiento de Pedro Carrasco y su cuñado Amador quiso tener un recuerdo con él. Siempre habían estado muy unidos, y pese a divorciarse de la chipionera, su amistad nunca se vio alterada. Habla maravillas de él después de tanto tiempo.
Rocío era muy pequeña cuando perdió a su abuelo, aunque probablemente tenga en la memoria algún recuerdo. Fue muy conocida la discusión que mantuvo el boxeador con su hija una vez que acudió a entregarle los regalos de reyes a sus nietos. Le impidieron la entrada a la casa y se tuvo que marchar de regreso con mucha pena, como desveló alguna vez Raquel Mosquera.
El hermano de la Jurado confiesa que "si Pedro viviera, no permitiría a su hija hacer lo que ha hecho". Se pronuncia sobre el rechazo y las amenazas que ha ido difundiendo por los platós de televisión contra su familia. No tuvo reparo en cargar contra sus tíos, hermanos o hijos.
Es un pensamiento que también se podría extender a 'la más grande'. Los dos eran personas de mucho carácter, pero con un gran corazón, que siempre se preocuparon de mantener a la familia muy unida. Se hubieran llevado una gran decepción de encontrarse a los suyos tan distanciados.
Amador considera que "era un gran señor, cariñoso, con un gran sentido del humor, simpático, familiar, tenía muchas cualidades positivas". Desvela que para los Mohedano fue "un orgullo que se casara" con la cantante.
Rocío Flores también echa mucho de menos a su abuelo. Le hubiera servido de gran ayuda en todos los malos momentos que ha sufrido a lo largo de los últimos años. Sobre todo con su madre, con la que lleva mucho tiempo sin hablarse.
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Su vida hubiera sido totalmente distinta de contar con el respaldo del deportista. Pero se tratan de meras especulaciones que no conducen a nada.
En su relato sobre Pedro Carrasco, Amador explica que "nos dolió mucho la ruptura, porque seguían muy enamorados. Pero la vida es así, a veces te da sorpresas muy duras. En ocasiones hay errores imperdonables".
Su relación fue mucho más fluida que la que luego tendría con Ortega Cano, el viudo de la Jurado. Desde que falleciera la artista apenas han vuelto a coincidir y el trato es más bien distante. Pero eso tampoco implica que se lleven mal.
Rocío Flores da por perdida la reconciliación
Rocío Flores lleva mucho tiempo alejada de su madre. Sin embargo, nunca le ha cerrado las puertas a una posible reconciliación. Parece que es la esposa de Fidel Albiac la que trata de evitar ese reencuentro.
En cualquier caso, en este tiempo nadie ha conseguido hacerles entrar en razón. Más bien todo lo contrario. En lugar de acercarse, siempre ha ido a más ese distanciamiento, siendo prácticamente imposible que se pusieran de acuerdo.
De estar vivos tanto el boxeador como la cantante, la situación sería totalmente distinta. Hubieran realizado todo lo posible para que la paz y armonía reinasen en la familia. Seguramente se hubieran evitado muchos enfrentamientos.
Rocío Flores está centrada en su otra familia. Mantiene trato con todo el mundo menos con su madre. No quiere saber nada de ella.