No es ningún secreto que el cambio que ha experimentado Rocío Flores en estos últimos años ha sido uno de los más espectaculares que hayamos podido ver.
Ya nada queda de aquella joven tímida que iba a defender a su padre al plató de GH Vip.
Cuando decidió dar el salto a la televisión y participar en Supervivientes, su vida cambiaba para siempre. Sin contar con que la docuserie de su madre la terminaba de colocar en el punto de mira.
En Honduras, llegaba a perder casi 20 kilos, lo que la ayudaba a presumir de una nueva y estilizada figura.
Sin embargo, la hija de Antonio David ha sabido mantenerse a base de seguir una dieta equilibrada, deporte a diario y también gracias a pasar por quirófano.
Las numerosas operaciones estéticas a las que se ha sometido no son ningún secreto, aunque ella sigue recurriendo a tratamientos como la maderoterapia que la ayudan a luchar contra la grasa localizada.
NOVEDAD WHATSAPP: Pincha aquí para recibir GRATIS tus noticias favoritas del Corazón en WhatsApp
"Mis subidas y bajadas de peso han sido por varios factores, pero después de 'Supervivientes' he bajado de forma progresiva", confesaba a sus seguidores.
Hace casi más de un año que ella tomaba la drástica decisión de someterse a una lipoescultura, una intervención que resultaba más dolorosa de lo que Rocío se imaginaba.
Ella misma reconocía haberlo pasado realmente mal, aunque ahora que ya está recuperada asegura no arrepentirse de nada.
"Es una de las operaciones más demandadas, pero duele. Yo pensaba que no, tengo que ser sincera. A la vez que digo que lo he pasado muy mal, pero ya estoy súper bien y me veo genial. Mereció la pena", asegura.
Hace poco, la joven volvía a una de sus revisiones a la clínica dónde decidía operarse, y quiso compartir todo el proceso.
"Lo veía todo muy negro. Habéis aguantado mis llantos. Ahora intento cuidarme lo máximo que puedo, comer pequeñas cantidades y comida sana", decía sobre la forma en la que le había cambiado la vida.
Rocío entraba con 57 kilos a quirófano y hoy en día ya ha perdido casi 10 kilos más, gracias a lo cual presume de cuerpazo.
"Estoy muy feliz. He ganado mucha autoestima. Me lo volvería a hacer a pesar de todo", remarcaba. Y es que el proceso de recuperación no fue nada fácil, viéndose obligada a llevar una faja compresora durante varios meses.
Sin embargo, la lipoescultura no es la única operación que se ha hecho la nieta de 'la más grande' con apenas 25 años.
Desde que pasase por Supervivientes, Rocío Flores tenía muy claro que quería operarse el pecho, que era uno de sus grandes complejos.
"Yo me voy a operar el pecho. No me gusta... Eso sí que lo voy a hacer sí o sí se ponga quien se ponga por delante. Lo voy a hacer nada más salir", aseguraba sin reparos.
Y aunque no fue nada más salir del reality, sí que se animaba a operarse un año y medio después. La joven se sometía a una maxtopexia que le ayudaba a subir y realzar el pecho, por lo que ahora puede presumir de su escote con orgullo.
Además, la nieta de la Jurado también recurría a otras intervenciones no tan agresivas, como la infiltración de ácido hialurónico y bótox.
Gracias a ello logra endulzar su expresión, elevar las cejas y presume de unos labios mucho más llenos e hidratados.
Contando también con una bichectomía gracias a la cuál conseguía afinar su rostro eliminando esas pequeñas bolas de grasa que tenemos en las mejillas.
Así, queda claro que la Rocío Flores actual es una versión completamente mejorada de si misma, aunque muchos la critican por el exceso de retoques a los que se ha sometido.
Por otro lado, poco a poco se ha ido convirtiendo también en toda una estrella en redes sociales, donde actualmente se gana la vida gracias a sus más de 800.000 seguidores.
De hecho, son numerosas las marcas que se pelean por trabajar con ella, a pesar de que ha decidido alejarse de la televisión.
De momento, parece que prefiere dejar que los problemas que ha tenido con Telecinco se solucionen en el juzgado.