Rocío Flores ha cambiado mucho desde que vio por última vez a su madre. Según explicó su madre en el documental Rocío, contar la verdad para seguir viva, la última vez que vio a su hija fue en 2012. Casi 13 años después su hija ya no parece la misma.
La primera vez que vimos a la hija de Rocío Flores en un plató fue en septiembre de 2019. Acudía a defender a su padre, Antonio David, que entonces era concursante de Gran Hermano VIP en Telecinco. Un año después se convirtió en el fichaje sorpresa deSupervivientes, su participación en el reality marcó un punto de inflexión en su cambio físico.
Rocío Flores perdió 20 kilos en Supervivientes
Tras Rosa Benito, Amador Mohedano y Gloria Camila Ortega, la de Rocío fue la cuarta participación de un miembro de la saga Jurado en Supervivientes. Durante el concurso Rocío Flores perdió 20 kilos. A su regreso de Honduras, la joven se puso en manos de profesionales y manifestó su intención de cuidarse para no recuperar los kilos perdidos.
Rocío Flores no oculta los retoques estéticos a los que se ha sometido. Es habitual que en su perfil de Instagram explique en qué ha consistido cada cambio con total naturalidad. Con casi 800.000 seguidores, explicaba en su cuenta el tratamiento de ácido hialurónico en nariz y labios.
"Lo que me he hecho ha sido ponerme una gotita de ácido porque tengo el hueso muy pronunciado. Entonces me lo he puesto para que se ponga la nariz completamente recta", explicó en sus stories. "Me he puesto un poquito de ácido en los labios que hacía como año y pico que no me los hacía, el labio molesta un poquito, pero tampoco duele", añadió.
Otra de las técnicas a las que se ha sometido es el conocido como microblading. Tratamiento para rellenar las zonas de la ceja, una técnica de tatuaje semipermanente, pelo a pelo, que permite lucir cejas perfectas y naturales. “Mirada perfecta”, comentó entonces en redes Flores después de someterse a este retoque.
Hace ahora un año se sometió a una intervención de aumento pecho, era uno de sus sueños por cumplir y en elreality ya comentó que entraba en sus planes. “Mi recuperación del pecho está siendo bastante buena la verdad”, dijo. Una operación de la que Rocío Flores dijo sentirse "encantada y feliz" con el resultado.
Rocío Flores se sometió hace nueve meses a una lipoescultura
Su última gran intervención fue una lipoescultura a la que se sometió hace nueve meses. Un tratamiento con el que buscaba estilizar la figura, afinar su cintura y tensar la piel después de haber perdido 25 kilos. Aunque Rocío ha reconocido que el postoperatorio no fue fácil, ahora afirma que tanto dolor ha merecido la pena.
"Al principio todo lo veía negro, habéis aguantado mis llantos (...) El cambio es evidente. Me ha compensado, me ha cambiado la vida...", ha admitido Rocío Flores a sus seguidores. Desde que pasó por quirófano, la joven procura mantener una dieta equilibrada: "Me cuido lo máximo que puedo, como muy pequeñas cantidades", explicaba.
Una transformación, la de Rocío Flores, que deja ver una imagen bien distinta a la de hace 13 años, fecha en la que se distanció de su madre. Aunque ha dejado claro que no es adicta a la cirugía, no oculta que apoya la medicina estética siempre bajo supervisión de profesionales. Su madre habrá sido testigo a través de sus apariciones públicas de estos cambios en el físico de su hija.
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