El pasado 8 de octubre, la vida de Rafa Nadal y Xisca Perelló cambió por completo. Llegaba al mundo el pequeño Rafael y, desde entonces, todo es distinto para la pareja.
Rafa, uno de los mejores tenistas de la historia, estaba más que acostumbrado a viajar alrededor del mundo para disfrutar del tenis. Sin embargo, desde el nacimiento de su pequeño, nada es igual.
Nadal ya ha confesado en alguna ocasión que “siempre ha sido duro irse de casa para jugar, pero ahora, con el niño, más todavía”. Pero, pese a reconocer lo difícil que está siendo para él, Rafa sigue a lo suyo.
Actualmente, el de Manacor está en Australia preparándose para este arranque de temporada tenística. Ya disputó un partido en la United Cup, y ahora su atención se centra en el Open de Australia.
Se van a Australia y se llevan al bebé
Su mujer, Xisca Perelló, siempre ha estado a su lado. La hemos podido ver disfrutar de las victorias de su marido durante años, pero ahora, tras el nacimiento de su hijo, han tomado una decisión. Una que le ha costado serias críticas.
Y es que Rafa y Xisca han decidido no estar solos en Australia, y han viajado a la otra punta del mundo junto a su bebé, de tan solo tres meses.
Aunque esta no es la primera vez que lo hacen, pues el pasado mes de noviembre, tan solo un mes después del nacimiento de Rafael, la familia Nadal Perelló viajó hasta Italia para apoyar a Rafa en La Copa de Maestros. Sin embargo, ahora han ido un paso más allá, y han decidido llevarse a su pequeño hasta Australia.
Rafa Nadal se deja ver con el pequeño
Allí, el tenista ha mostrado por primera vez a su pequeño. Y es que lejos de esconderse, Rafa Nadal y Xisca Perelló han disfrutado de un relajado día de navegación. Lo han hecho en la bahía de Sidney, y sin ningún temor a ser cazados por los fotógrafos.
Este hecho ha permitido que veamos a Rafa Nadal realizando las labores de padre, que seguro que se le dan igual de bien que el tenis. Aunque no todo el mundo piensa lo mismo.
Y es que Rafa ha sido muy criticado por lo que ha hecho con su hijo, pues viajar hasta Australia es sinónimo de muchas horas de avión. De hecho, 17.000 kilómetros separan España de Australia y, el pequeño Rafael, ha tenido que soportar alrededor de 21 horas de vuelo.
Un gesto que demuestra las ganas que tiene Rafa de pasar tiempo con su hijo, pero por el que ha recibido varias críticas.
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