El próximo domingo 25 de mayo de 2025 será un día especial en París. Por primera vez desde que comenzó su carrera, Rafael Nadal no estará compitiendo en Roland Garros. El rey de la tierra batida se retiró el año pasado, tras una carrera legendaria con 14 títulos en este torneo.
En una entrevista reciente con L’Equipe, Nadal abrió su corazón sobre su retiro y la vida familiar que ha construido desde entonces. Con 38 años, vive una etapa diferente, dedicada principalmente a su familia y a su rol de padre. Este cambio ha sido decisivo para él.
Rafa Nadal quiere poder volver atrás
El tenista confesó que, si pudiera volver atrás, debió retirarse justo después de Roland Garros 2022. Sin embargo, recordó que ese año estaba en la cima. Había ganado dos Grand Slams y peleaba por ser número uno del mundo. “¿Por qué me habría retirado?”, se preguntó.
Esta reflexión abre una ventana sobre cómo habría cambiado su vida familiar si hubiese parado hace tres años. Nadal ha puesto ahora la familia como su prioridad absoluta. Su esposa, Xisca Perelló, ha sido un pilar fundamental durante este proceso, aunque siempre mantuvo un perfil bajo.
“Estoy disfrutando de la vida en familia”, dijo Nadal. “Intento hacer cosas que me diviertan y motiven. Estoy encantado y contento”, agregó. El extenista pasa más tiempo con sus hijos y aprovecha para vivir momentos cotidianos que antes no podía.
Para Rafa, ser padre cambió su visión del mundo. Su agenda ya no está dominada por entrenamientos o torneos. En su lugar, el hogar y la estabilidad cobran protagonismo. “Estoy feliz en esta nueva etapa”, explicó.
Desde su retiro, Nadal también ha estado involucrado en la academia que dirige. Este proyecto le apasiona y le permite seguir conectado con el tenis, aunque desde otro rol. Además, disfruta viendo fragmentos de partidos, aunque ya no siente la necesidad de competir.
Xisca, aunque siempre discreta, ha sido un gran apoyo. Nadal reconoce que ella priorizó el bienestar familiar y lo impulsó a tomar la mejor decisión. Juntos han formado un hogar unido y estable, que el deportista valora mucho.
“Mi familia es mi mayor orgullo”, afirmó Nadal. La transición de la vida activa a la familiar no ha sido fácil, pero ha sido necesaria. Ahora disfruta de la rutina que antes le era imposible.
El retiro no ha generado nostalgia en él. “No echo de menos jugar. Sentí que ya no quedaba mucho por hacer en mi carrera”, confesó. Rafa mira hacia adelante, feliz de vivir esta etapa como esposo y padre presente.
Esta confesión muestra otro lado de Nadal. Más allá del deportista, está el hombre que valora su familia por encima de todo. Lo que Xisca mantuvo en silencio ahora se entiende mejor: la familia siempre fue el refugio.