La prácticamente invisible en los medios de comunicación María Teresa Campos, ha sido sin lugar a duda escuela de muchos otros rostros televisivos y que hoy en día vemos en televisión. Su alumna aventajada es sin lugar a duda su hija Terelu Campos, una de las colaboradoras y presentadoras televisivas más reconocidas de nuestro país.
Hubo unos años en los que lo presentaba todo y en los que las principales cadenas de televisión se mataban por tenerla. Y le pedían que presentara sus programas de máxima audiencia. ¡Qué tiempos aquellos! Pero las modas van cambiando, el consumo televisivo también y lo que antes gustaba ahora suena a desfasado o viejo.
Terelu Campos es sin lugar a duda mi Campos favorita. Tiene rachas malas, malísimas, en las que trabaja muy poco y la llaman en ocasiones contadas para aparecer en tertulias banales de realitys. Pero como ella es muy hormiguita ahorra y logra sobrevivir, incluso vivir muy bien, hasta que la vuelven a llamar para ser presentadora.
Siento cierto miedo hacia mi mismo, pues cada vez que se anuncia que Terelu va a presentar algo me inunda como leve cosquilleo y una gran ilusión por sus logros. Ni que me llevase un porcentaje de su sueldo. Pero me alegra cuando las cosas le van bien y tiene la oportunidad de demostrar que tiene tablas para estar en lo más alto.
A pesar de que Terelu Campos ya no tiene que demostrar nada, parece que Telecinco y los directores de Sálvame no se lo quieren poner nada fácil y se la lían. Años atrás se hacía del todo imposible pensar que en los platós de la cadena se hablase de temas que afectasen en negativo al clan Campos.
Ya no existe el miedo que había de molestar a las Campos con lo que se dijese en los platós de Telecinco
De hecho, con el tiempo se ha sabido que cada vez que se metían con una Campos, la propia María Teresa Campos levantaba el teléfono. Y sin ningún miedo ponía en su sitio al director de turno que estuviese dirigiendo ese día Sálvame. No seré yo quién diga que había un miedo, otros le llaman respeto, hacía la familia, pero lo que está claro es que algo había.
El caso es que ahora que la matriarca está fuera de juego, Sálvamehace ir Carmen Borrego y Terelu Campos a su antojo. Incluso poniendo a Terelu en aprietos cada tarde que ni para mi peor enemigo me gustarían.
El otro día, mientras ella presentaba, no dejaban de sacar vídeos de la trama del chofer chivato. Y ella se hartó hasta decir que se sentía obligada cada tarde que presentaba a hablar de su vida. Tiene razón.
El programa no le merece el respeto que tienen con los demás presentadores y la quitan del papel de presentadora para convertirla en personaje. Y no lo hacen con temas banales, lo hacen con asuntos que la ponen en verdaderos aprietos y desde casa me sabe mal por ella.
Además, creo que estas bajadas del cielo que le hacen, involuntariamente le quitan autoridad. Y hacen que los colaboradores del programa se midan entre iguales con ella. Y luego no la respetan de igual manera que lo hacen con el propio Jorge Javier Vázquez o la siempre brillante Adela González.
Terelu Campos tiene más que merecido tener su cuadro en el pasillo de las vanidades de Telecinco, tal y como le reconocieron meses atrás. Pero además de este reconocimiento, me parece interesante que en esta nueva era de Mediaset se tomen a la presentadora con toda la seriedad posible y que la pongan en las barajas como posible presentadora de nuevos formatos.
El público quiere a Terelu, aunque sepan que se gasta un carácter tirando a muy serio. Pero sería una pena que la cadena deje escapar la esencia Campos. Un perfume que ya comprábamos con María Teresa y que ahora se mantiene gracias a las apariciones de sus dos hijas.
Y si esto no acaba siendo así, siempre me queda la esperanza de que las televisiones autonómicas les hagan un hueco para poder trabajar. Pues a ninguna de las dos se les han caído los anillos cuando han tenido que prestar servicios a televisiones mucho más pequeñas. ¿Y qué? El trabajo es trabajo y da lo mismo dónde lo hagas.
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