Carlos lleva muchos años dedicándose al esquí y al deporte. Lleva 8 años solo porque se le hace difícil conocer a alguien porque siempre está viajando.
Lo que busca es una compañera de viaje, y puede que Laura sea la indicada, ya que ella también se pasa mucho tiempo viajando.
Físicamente, a ella no le ha gustado nada. "No es mi tipo", ha dicho de primeras. Sin embargo, ambos tienen en común su pasión por el viaje.
Los dos sienten que ya tienen una edad en la que buscan un poco de estabilidad emocional, porque ya han vivido mucha fiesta.
Laura asegura que ya no quiere tener esos rollitos de una noche, sino que busca a alguien que la acompañe, algo serio.
Mientras que a Carlos le ha encantado que comparta su estilo de vida, sobre todo porque es muy inquieto y aventurero. Cualidades que ella comparte por completo.
Laura siente que la dependencia emocional es un gran problema en una relación. "Es un tío bueno, noble, lo que más me ha llamado la atención", dice sobre Carlos.
Lo que pide a un novio es que la deje ser ella en todo momento y que él esté orgulloso de tenerla a su lado.
Los dos también han coincidido en el tema de que no quieren tener hijos de momento, sino más tarde.
Carlos ve el matrimonio como un trámite innecesario, y a Laura tampoco le hace mucha ilusión casarse, aunque tampoco se negaría a recibir el anillo.
A pesar de tener tantas cosas en común, Laura decide no tener una segunda cita porque físicamente no le ha atraído nada.
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Jordi y Cristian, flechazo a golpe de redes sociales
Jordi se considera un tipo extrovertido y con muy buena energía. Le apetece volver a sentir "esas mariposas, esa chispa, tener una ilusión".
Además, valora mucho el hecho de que sepa cocinar. Mientras que Cristian se define como bastante patoso, gracioso, pero buen cocinero.
Él opina que los roles sexuales son aburridos y que hay que probar de todo. Curiosamente, en un primer momento Cristian ha reconocido a Jordi "de las redes sociales".
De hecho, los dos se plantean si han llegado a coincidir, pero Jordi se acuerda de que en el momento en el que se agregaron Cristian tenía pareja.
"Compartir comentarios en algún post y poco más", ha explicado sobre su relación. Sin embargo, siente "cierta calidez" al sonarle la cara de su cita.
Y Cristian termina de ganarle cuando le ha dicho que es cocinero y le encanta la cocina. "Es muy transparente, le veo sensible y muy buena persona".
Cristian opina que Jordi tiene carácter y le parece divertido eso de poder picarle. Ambos también bromean con el tema de la edad y dicen que Cristian podría ser un 'sugar daddy' por tener 40 años, dos más que Jordi.
Nikos, un alma libre que huye del sistema
Nikos considera que hay que ser "protagonistas de nuestras vidas y escoger la aventura". Presume de que sus abuelos crearon un imperio vendiendo quesos, lo que les ha quedado en herencia a él y a su hermano.
Él se dedica a la artesania y considera que la gente no sabe apreciarlo. Busca una chica artista, un poco bruja, que le guste la magia y el esoterismo.
Alba considera que la montaña para ella es su cura y le ha hecho mucha gracia que su cita sea mitad griego. "He pensado en las islas y en el yogur", confiesa.
A Nikos no le ha parecido "la chica más bonita del mundo, pero no está mal". Le cuenta a Alba que está estudiando teatro y se ha pasado todo un año viajando, una experiencia bastante loca.
A pesar de que ha estudiado la carrera de Ingenieria, dice que le da igual el título. De hecho, se niega a formar parte del sistema y verse atrapado en una oficina.
Llegado el momento, incluso le propone a Alba hacerse un simpa e irse sin pagar la cuenta de la cena.
Finalmente, ambos deciden tener una segunda cita pero en el monte, pero como amigos.