Rocío Carrasco ha dejado a todos de piedra al sacar a relucir un anterior testamento de su madre en el que ella se quedaba fuera.
Rocío Jurado decidía desheredar a su hija en aquel momento por miedo a que sus bienes terminasen en manos de Antonio David, con el que seguía casada.
No fue hasta que Rociíto comenzaba su relación con Fidel Albiac cuando su madre por fin optaba por "quitarle el castigo".
"Ahí yo ya no estoy con el ser, yo estoy con quien estoy, ella sabe perfectamente con quién me quedo y me levanta el castigo", explica la hija de 'la más grande'.
Es en ese momento, y siendo consciente de lo complicado de su enfermedad, cuando decide nombrarla heredera universal.
Un golpe maestro que dejaba de piedra al resto de familiares, que esperaban poder sacar más tajada.
Tal y como relata Rociíto, nadie esperaba que 'la más grande' dejase fuera de su testamento a sus queridos nietos, David y Rocío.
"Era impensable que a sus nietos no les dejara nada en el testamento", apunta. Sin embargo, a pesar de quedarse quedado con los bienes de su madre, no todo fue un camino de rosas.
Y es que al quedarse con todos los bienes, Carrasco también tuvo que hacerse cargo del pago de todas las deudas restantes para que los demás pudieran heredar su parte.
Una deuda que ascendía aproximadamente a unos 1'8 millones de euros entre hipotecas, impagos, impuestos y demás cargas.
Un auténtico dineral del que tanto Albiac como ella tuvieron que hacerse cargo, y es que el patrimonio de la artista llegaba a los 7 millones de euros entre propiedades y demás bienes.
Los problemas de Rocío Carrasco para poder quedarse con la herencia
"Tuve que aceptar las hipotecas a las que tenía que hacer frente para hacer la aceptación de herencia. Para aceptar la herencia tengo que hacerme cargo de todas las deudas. Eso es por ley y yo me hago cargo", sostiene.
Sin embargo, y pese a haber cumplido con su parte, la familia nunca estuvo contenta con la decisión final ni tampoco con la forma en la que se llevaron a cabo las gestiones.
"No están satisfechos con las valoraciones. No están satisfechos con Ana (la albacea). No soportan que me nombre heredera universal. Gloria no lo puede soportar", asegura Carrasco.
Eso, cuando Rocío Jurado se había encargado de dejarles a todos muy bien servidos con su trozo del pastel. Por ejemplo, a Amador y sus hijos les dejaba una nave industrial; a Ortega Cano la finca 'Yerbanuena', además de numerosos bienes y el 50% de la ganadería.
Y Gloria tampoco se quedaba con los brazos vacíos, ya que le legaba la casa familiar, 'Mi abuela Rocío' y la finca 'Los Naranjos', que comparte a medias con su hermano Amador.
Eso, sin contar con la venta de la casa de 'La Moraleja', cuyos beneficios tenían que ser repartidos entre los tres hermanos: Rocío, Gloria Camila y José Fernando.
Según cuenta Rocío Carrasco, ahí se topaba con las primeras sorpresas, ya que descubren que la casa donde vivía su madre, 'La Moraleja', tenía pendientes todavía dos hipotecas: una de 126.548,38 euros y la otra de 184.755,88 euros.
Una inmensa deuda de la que tuvo que hacerse cargo para poder llevar a cabo la venta de la propiedad antes de un año, tal y como se estipulaba en el testamento.
Eso le generaba a su vez un gran problema con Ortega Cano, quien siempre le ha reprochado que le echase de la casa de malas maneras y en plena noche.