Ana Soria y Enrique Ponce siguen demostrando que su amor puede superar cualquier tipo de obstáculo.
A pesar de los numerosos rumores que insisten en separarles, la relación entre el torero y la joven almeriense sigue viento en popa.
Sin embargo, hay un gran inconveniente que todavía no consiguen solventar. Y es que parece que las hijas de Ponce y Paloma Cuevas no quieren saber nada de la novia de su padre.
La primera muestra de este 'mal rollo' se daba durante la celebración de la primera comunión de la pequeña Bianca, de once años.
Al parecer, Ana fue directamente vetada en este evento tan familiar, quizás para evitar momentos incómodos o encontronazos.
Además, a la joven nunca se la ha visto acompañar a su novio durante sus viajes a Madrid, prefiriendo mantenerse al margen.
Los rumores apuntan a que las hijas de Paloma Cuevas culparían a la almeriense de la brusca separación de sus padres. Y eso llevaría a que no quisieran verla ni en pintura.
Así, por mucho que se haya esforzado el torero en intentar que las niñas acepten a su chica, todavía dos años después de su separación no ha conseguido que se produzca un acercamiento.
Tanto Paloma como Bianca se han refugiado en su madre, que les dedica todo su tiempo, e incluso se las lleva con ella a los viajes de trabajo.
Las hijas de Enrique Ponce no querrían ver a Ana Soria ni en pintura
Eso, mientras cada vez están más distanciadas de su padre, que se ha establecido junto a Ana en Almeria.
Por el bien de las pequeñas, era la propia Cuevas la que le pedía a su ex que dejase de exhibirse públicamente. Y es que Ana y Enrique nos tenían acostumbrados a un gran despliegue de amor en redes sociales.
Algo que llevaba a la pareja a tomar la drástica decisión de alejarse por completo de las mismas y también del foco mediático.
Pese a ello, "Enrique y Ana siguen tan enamorados como siempre", aseguran fuentes cercanas. Y negarían por completo la existencia de cualquier tipo de crisis.
Ahora mismo, otro de los dolores de cabeza que tendría la pareja sería el tema del toreo. Ana habría insistido en que Enrique deje los ruedos, sobre todo porque lo pasa muy mal.
"Sí es cierto que ella no quiere que Ponce vuelva a torear, porque, a pesar de que suele ir a verle a las corridas, y de que es muy taurina, lo pasa verdaderamente mal", sostienen.
Justo por eso, a pesar de que Enrique quiere seguir toreando, su intención sería alargarlo durante una temporada más.
"Sería una especie de año del adiós, una retirada paulatina y digna. Torear en plazas de primera categoría y, si procede, saltar a las plazas americanas de mayor renombre", remarcan.
Hace poco, y muy molestos por la cantidad de especulaciones que habían surgido en torno a su relación, el propio Enrique explotaba y exigía que respetasen su privacidad.
"Estamos bien, estamos juntos, estamos viviendo nuestra vida. Queremos tranquilidad, nada más, no queremos estar en el foco mediático, por eso no hablamos", se defendía.
Paloma Cuevas hundida tras escuchar las palabras que nunca quería oír
"Estamos hartos, no damos ni una entrevista. Queremos estar tranquilos, no podemos estar desmintiendo cosas todo el tiempo. No queremos que se nos vea", sentenciaba.
"¿Damos una exclusiva o un reportaje? Por no dar entrevistas no hablo ni con periodistas taurinos", añadía el ex de Paloma Cuevas.
"Cuando menos hablen de nosotros mejor. Queremos vivir tranquilos y felices, como estamos, a gusto, no puede ser cada dos por tres, y dale y dale", zanjaba.