Si hay una persona que defina la incoherencia personificada, ese es Kiko Rivera. El trabajo que más dinero le ha reportado en toda su vida es la televisión. Pero no como actor, ni colaborador, ni ningún otro empleo televisivo, si no por como vende miserias de su propia familia cada vez que ha necesitado dinero.
Ciertamente, no me parece mal y como sabéis, yo soy un fiel consumidor de todos estos contenidos como más de la mitad de españoles, aunque no lo admitan. Muchas de las cosas que sabemos de Isabel Pantoja, de Cantora y de todo el clan que le rodea lo sabemos gracias a Kiko.
Atribuir toda la información a los fans y amigos que se han sentado en un plató es algo injusto. Pues lo verdaderamente jugoso siempre nos ha llegado por parte de Kiko Rivera a través de sus múltiples entrevistes en revistas y en Telecinco siempre que ha podido.
Muchos estaréis pensando, bueno, pero su hermana Isa Pantoja también se ha sentado y se lo ha llevado calentito. No os lo niego, pero creo que su manera de gestionarlo ha sido muy distinta. Pues cuando más entrevistas hizo fue cuando superó la mayoría de edad y no tenía otro sistema de ganarse la vida por quién era y todo lo relacionado.
A eso, tenemos que sumarle su escasa experiencia en la vida y las imprudencias que uno comete cuando es muy joven y no sabe como funciona el mundo. Pero en el caso de Kiko Rivera hemos visto como sus actitudes se han repetido de joven y luego de adulto, actuando prácticamente igual.
Creo que tú puedes ser famoso y odiar Telecinco, porque no compartes la manera que tienen de crear su producto, pero claro, caes en una contradicción cuando decides formar parte. Claro que primero puedes pensar que son lo peor y luego entrar a jugar con ellos, pero luego no puedes otra vez volver atrás y volver a pedir luego que te vuelvan a hacer caso.
De hecho, Kiko Rivera ha jugado a este amor odio durante muchos años y Mediaset le ha perdonado en numerosas ocasiones que los tachara de escoria para luego volver a contratarlo. Entiendo que lo hacía porque a los dos les beneficiaba volver a hacer negocios juntos, pero ahora las cosas han cambiado.
Parece que Mediaset le ha hecho la cruz a Kiko Rivera y ya no quieren volver a saber de él. No sé si para siempre, pero al menos durante una larga temporada. El mismo ha dicho en otras intervenciones fuera del grupo que ya no quería saber nada de Telecinco y de lo mal que se lo hacían pasar contando malos rollos.
Quizás se le olvida que era él quién se sentaba varias noches seguidas en la cadena a despotricar de todos. De su madre, su hermano, su tío y todo aquel que le permitiese ganar unos cuantos miles de euros.
Dónde dije, digo, digo Mediaset
Después de decir todo lo malos que eran en Mediaset, ahora en sus directos se sorprende de no poder ir a defender a su primo Manuel Cortés en las galas y debates de Telecinco. No solo eso, también se sorprende de que no lo lleven a la isla de visita, como sí que ha hecho su hermana Isa Pantoja.
A Kiko Rivera le da realmente igual ir a ver a su primo o no. A él lo que ahora le preocupa es no poder contar con esta fuente inagotable de hacer dinero que era para él Telecinco. Y también os digo, me alegro de que haya pasado tan poco tiempo desde que decidió rajar de Telecinco hasta que haya decidido recular.
Qué acertada estuvo Isa Pantoja cuando decidió dejar de contestar a su hermano en los medios de comunicación. Considerando que era una persona no racional y que no tenía que hacerle mucho caso por su situación personal. Estoy de acuerdo que Kiko Rivera tiene que dejar de hacer televisión para hacer cura de consciencia.
A sus casi cuarenta años debería de reflexionar que narices quiere hacer con su vida. Me produce una inmensa tristeza ver que está igual de perdido que cuando era más joven. Sigo creyendo que los trabajos le duran poco y que su compromiso es insuficiente.
Y ahora, encima, lo peor que le podría pasar es que cae fatal a la gente y que, poco a poco, todo el mundo lo va teniendo calado.