Osmel tuvo una relación de la que le costó mucho salir. Le gustaría volver a enamorarse, aunque sabe que también puede sufrir.
Paula asegura que sueña cosas que luego se cumplen. Él la sorprende con su entrada, ya que le dedica una canción para empezar la cena. E incluso la saca a bailar, algo que le ha sorprendido bastante.
Resulta que Osmel y Paula ya se conocían pero por un encuentro de trabajo. Ahora, tienen que conocerse más a fondo.
Osmel tiene claro que primero tienen que gustarle sus defectos, no sus virtudes.
Los dos opinan que la vida les está dando una oportunidad. Paula tiene claro que tienen un imán para psicópatas narcisistas. Y por ese motivo está sola.
También coincide con Osmel en que el sexo es muy importante en la relación. "Si le gustan las locas, aquí estoy yo", asegura.
A él le gusta que ella tienga ese lado tan divertido y loco. Le propone a Paula que se vayan de fiesta pase lo pase en la cita.
"Soy bueno dándole a la cintura", le promete. "Bailaremos como locos".
Mercedes busca vivir una segunda juventud
Tomás hace 11 años que está solo tras perder a su mujer. Busca una mujer sincera, con buen corazón y es que tiene ganas de enamorarse para recuperar el tiempo perdido.
Mercedes a sus 66 años asegura que está viviendo una adolescencia tardia ya que fue madre muy joven, con 18 años.
A Mercedes no le gusta quedarse en casa ni pensar demasiado. Tomás tiene claro que las personas primero tienen que conocerse.
A Mercedes le gusta que vaya marcando el ritmo, que poco a poco todo surja a su tiempo. "Es bonito ir descubriéndose poco a poco", asegura.
A ella le ha gustado que él reconozca que cuando murió su mujer entendió el gran trabajo que hacen en casa. Así, ella cree que todavía no lo ha superado del todo.
"Debe aprender a desengancharse y tener más vida", le recomienda.
"Yo soy de la vieja escuela, para mi el sexo es tan importante que necesito cierto nivel de confianza", le dice.
Mercedes confiesa que hay dos cosas que no tolera: las mentiras y las faltas de respecto. "Soy una persona muy sincera y directa".
Además, ambos tienen claro que el roce hace el cariño. "El cocido se hace lentito", sostiene.
Finalmente, se han mostrado encantados de haberse conocido y han decidido tener una segunda cita en la que irán a comerse unas buenas patatas bravas en el barrio madrileño de Quintana.
Y es que ambos son de Madrid y han nacido en barrios que están muy cerca.
Eliana, espantada por los celos de su cita
Lare se define a si misma como extrovertida y carismática. Es colombiana, pero vino a Barcelona persiguiendo su sueño: dedicarse a la música urbana.
Al ser artista, no ha tenido mucha suerte en el amor, porque sospechan que les puede ser infiel.
A Eliana le gustan las personas dulces, divertidas y que la hacen reír. La primera impresión al ver a Lare es muy buena e incluso la pone bastante nerviosa. "Me intimidaba a veces su presencia", reconoce.
Mientras que Lare confiesa que le encanta la sonrisa de su cita. "Siempre atraigo personas tóxicas y posesivas, además de narcisitas", se lamenta.
"Si no hay confianza, no hay nada", asegura. Así, parecen tener muchas cosas en común.
Sin embargo, a Lare no le hace mucha gracia que ella reconozca ser bisexual, ya que teme que pueda cambiarla por un hombre.
Un comentario que a Eliana le hace sospechar que es celosa. "No me gustan los celos", le deja claro.
Un punto que a pesar de la conexión que había nacido entre ellas, le hace dar marcha atrás y no repetir en un segunda cita.
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