Sandra es un clon de Marilyn Monroe que considera que llama la atención por su físico, pero a su vez tampoco se fija mucho en eso. "No soy mucho de ligar", reconoce.
Cuando entra casi se cae, protagonizando un momento de lo más divertido. Ella lo que busca al ser tan exigente es conectar con alguien.
David cree que le ven como una persona prepotente, pero que al conocerle se deja querer. A Sandra le ha parecido majo, aunque no es su tipo. "No está mal", concluye al verle.
Sandra le cuenta a su cita que le gusta mucho cuidar a las personas, por eso se ha sacado la carrera de enfermería.
Cuando le dice que come carne de caballo, Sandra se queda fría. "¿Dónde me he metido?", se ha preguntado. Aunque a Israel eso de comer carne de caballo y potro se lo han inculcado desde pequeño.
Después de ese pequeño bache, les ha costado un poco remontar la cita, y han pasado a hablar de su edad.
A ella no le ha gustado que tenga 35 años, porque cree que es demasiado mayor. Además, David también le cuenta que tiene una niña de cinco años que es la única mujer de su vida.
"Me ha visto mayor", se ha lamentado él. La situación se ha vuelto un poco incómoda cuando él le ha preguntado directamente si le había gustado.
"No me ha gustado, ya está", se ha mostrado tajante Sandra. Al final, ella le ha explicado que ha habido muchas cosas que no le han hecho nada de gracia.
Israel y Megan, amor a primera vista
Israel se define como una persona sencilla. "Me gusta tratar a la gente como me gusta que me traten a mi". Busca una chica responsable y que sea buena persona, además de cuidarse y que le guste el gimnasio.
Quiere una persona con la que poder reírse por cualquier cosa. Megan considera que los chicos de su edad no quieren relación ni pueden. "Si tengo una relación terminará mal, porque me pondrá los cuernos", opina.
Ella al ver a Israel le parece muy mono. Se queda encantada con él. "Cuando la vi entrar por la puerta me dejó descolocado", opina Israel a su vez. Por tanto, queda claro que las chispas entre los dos han saltado a primera vista.
Megan le advierte de primeras que no suele tener mucha vergüenza, mientras que él le dice que lo es un poco al principio.
"Estoy un poco nerviosa ahora mismo", le confiesa. Ante lo que Israel asegura que se le nota bastante cuando le gusta una chica. "Cuando estoy más inquieto de lo normal, se me nota un montón que me ha gustado, es que hay una chispa".
Al hablar de su vida personal, Megan le cuenta una historia muy triste, y es que no llegó a conocer a su padre porque falleció unos días antes de que ella naciera. "Fue en un accidente de coche", le cuenta.
Ell al ver lo compatibles que son no duda en afirmar que podría llegar a enamorarse de Israel.
Megan le cuenta que ha tenido dos relaciones, una en la que eran muy niños y no salió bien, y la otra en la que le pusieron los cuernos.
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Israel le cuenta también su experiencia, muy parecida a la suya, ya que él también ha perdonado cuernos.
Los dos sienten que tienen muchas cosas en común, ya que también quieren casarse y les encantan los niños.
"Se nota la química", ha opinado Megan. Los dos no han tardado en dejarse llevar. "De aquí puede salir algo interesante", ha señalado Israel. Y es que los dos tenían muy claro que quieren una segunda cita.
Carmen busca a alguien que sienta pasión por el arte
A Carmen le encanta el teatro, la danza y la opera. "Me gusta vivir dentro de los libros", asegura. Ella lo que busca es un compañero con el que compartir inquietudes intelectuales, pero que no sea un muermo.
Además, tampoco le importaría que el chico fue mulato. Mientras que Domingo, su cita, se define como una persona tranquila, que no le gusta el estrés.
Él echa en falta una mujer para entregarle su amor y parecen compartir ese gusto por el arte.
"La gente es muy desconfiada y es difícil encontrar trabajo hoy en día", se ha lamentado Domingo. A lo que Carmen considera que los hombres de su edad buscan chicas más jóvenes.
Los dos tienen en común que tienen un hijo, aunque a Domingo le gustaría tener más. "Pues tendrás que buscarte una más joven", le ha dicho ella.
"Le falta ese empuje, a mi me encanta hacer cosas sola", asegura Carmen. Además, tampoco le ha gustado eso de que no lea.
Finalmente, le da calabazas dejando claro que no tienen nada en común.