Rocío Flores está irreconocible. A sus 25 años, ya se ha operado el pecho, puesto bótox o remodelado nariz y rostro gracias a una bichectomia.
Eso, sin contar con que también decidía someterse a una dolorosa lipoescultura, todo con el objetivo de verse ideal. De hecho, Rocío Flores no ha parado hasta alcanzar los objetivos deseados.
Sin embargo, parece que las secuelas con las que ha tenido que lidiar a raíz de esta última intervención no están siendo nada fáciles de sobrellevar. Tanto es así, que hubo un momento en el que incluso se arrepentía de haber dado ese paso tan drástico.
"Los diez primeros días son cruciales, no puedes hacer nada prácticamente sola. Yo me los tiré de la cama al sofá y viceversa con el intervalo de intentar andar un poco por la cocina. Había veces que no podía con el dolor que tenía, pero eso depende de cada persona", ha compartido Rocío Flores con sus seguidores.
Ya hace poco, Rocío Flores confesaba que tenía el umbral del dolor muy bajo, y que si hubiese sabido lo mal que lo iba a pasar, se lo habría pensado dos veces.
Aunque, también hay una parte buena, y es que gracias a esta remodelación de su cuerpo ya ha conseguido perder cuatro kilos: "Me lo noto sobre todo en la ropa. La que estoy utilizando la llevo con una tabla de corcho y ya hay dos fajas más".
Eso sí, las fajas también le suponen un gran inconveniente a la hora de hacer las cosas más básicas: "Hago pis de pie. Aprendí que la faja de cuerpo entero tenía un agujero en medio".
"Ahora que no llevo y llevo las tubulares pues tampoco puedo sentarme bien con ellas puestas. Así que decidí hacer pis de pie y la verdad me va bastante mejor", reconoce.
De momento, Rocío Flores asegura que sigue teniendo bastante "inflamación en el abdomen y en la zona de los flancos se han creado bultos. Este no es el resultado final, llevo un mes. Hasta que no pasen tres, seis meses o un año no se ve lo real", ha buscado tranquilizar a sus followers.
Rocío Flores comparte su mayor miedo tras haberse operado
Sobre todo, teniendo en cuenta que durante la operación ya tuvo que lidiar con alguna complicación.
"Es una de las operaciones más demandadas, sino la que más, pero duele. Yo pensaba que no, tengo que ser sincera", advertía a aquellos que se lo estén planteando.
"Mi caso está siendo lento, mi recuperación está siendo lentita", admitía. Además, Rocío Flores también ha confesado el gran temor que le ha surgido tras esta intervención, y es la posibilidad de no poder quedarse embarazada.
"La verdad, para serte sincera, no he querido preguntarle a mi doctora porque me da miedo saber la respuesta. La siguiente revisión le pregunto", respondía con sinceridad a la pregunta de si podrá tener hijos ahora.
Desde hace tiempo que Rocío Flores dejaba caer la ilusión que le hace poder convertirse en madre joven. "Me encantaría tener un bebé", aseguraba durante su paso por Supervivientes.
"Pero Rocío, tú eres muy joven todavía. Y tu padre no tiene edad aún de ser abuelo, aún puede tener algún niño más", trataba de persuadirla Ana María Aldón.
"Yo a mi padre se lo he dicho, que quiero otro hermanito. Me han dicho que no, así que les he dicho que o me dan un hermanito o tienen un nietecito…", explicaba la Rocío Flores.
Olga Moreno desconecta de la polémica familiar disfrutando de la Feria de Abril de Sevilla
"¿Por qué te crees que vino Lola al mundo? Porque fui superpesada diciendo todo el rato 'quiero un hermano, quiero un hermano, quiero un hermano'. Hasta que Olga no se quedó embarazada yo no paré".
Por su parte, a Antonio David tampoco le sorprendió esa reacción de su hija. "Ya lo sabía, sé que quiere ser madre y a mí me encantaría ser abuelo. Lo que ha contado es real".
"Cuando lo de Lola se puso muy insistente y estaba todo el rato diciendo que quería un hermano, aunque preferentemente una hermana".