Valentina es colombiana, muy creyente. Asegura haber tenido muchos excesos en el pasado pero ya ha encontrado el camino.
Hace 11 años que sigue a Dios. Para ella el aspecto que tenga su cita es muy importante, no por algo es asesora de imagen.
Antonio se viene arriba al saber cuál es su profesión e incluso le pregunta qué nota le pondría a su atuendo.
Aunque ella le sentencia de primeras y deja claro que no le gusta como viste. "Hay oportunidad para combinar las cosas, pero no todo al mismo tiempo", opina. Sin embargo, decide mentir y finalmente le da un 7.
Él se define como una persona fría en el amor, pero porque las mujeres le han vuelto así, y le han enseñado a no pensar tanto "con lo de abajo".
Todo lo contrario a ella, que deja claro que quiere un hombre con el que casarse y tener hijos. Es más, insiste en que eso es algo no negociable.
Él deja claro que no es capaz de morderse la lengua, aunque a ella esos comentarios le parecen irrespetuosos. Sobre todo, cuando ha empezado a hablarle de sexo.
"Tengo un bañador de leopardo", llega a confesarle. "Para hacer el salto del tigre y eso".
Entre la pareja no termina de haber química y Valentina deja claro que no le gusta, ni se siente a gusto con él. Así que finalmente decide irse sola.
Alejandro, dispuesto a conquistar a la chica de sus sueños
Alejandro y Sofía ya se conocían de antes, y a él ya le gustaba pero nunca se había atrevido a hablar con ella.
Han sido las amigas de él las que han organizado la cita al saber lo loquito que estaba por esa chica,
Así, ha querido aprovechar la oportunidad para de declararse a Sofía y decirle lo mucho que le gusta. De hecho, llega un momento en el que son incapaces de parar de reír.
"Cuando te conocí no me pareciste tan divertida", le dice él. "Me has sorprendido".
Sofía asegura que ha madurado y busca algo serio, a pesar de que le ha ido mal en el amor.
Eso sí, él se asusta un poco después de que le confiese que es un poco tóxica en las relaciones: "No quería que saliera de fiesta con sus amigas", dice sobre su ex.
Pese a ello, Alejandro insiste en que espera que Sofía quiera una segunda cita con él y finalmente ella acepta.
"Me ha sorprendido tener tantas cosas en común", asegura. De hecho, le ha parecido de lo más tierno que sea capaz de organizar algo así por conocerla.
Mariano, un chef que ha dejado con ganas de más a su cita
Mariano es un chef que viene dispuesta a encontrar el amor. Además, sorprende a Aída cocinándole unas croquetas un poco peculiares.
Ella se confiesa adicta al Redbull y él no duda en preguntarle qué le han parecido sus croquetas.
A lo que ella le dice que es muy básica para comer, que no le gusta experimentar con cosas raras.
Eso sí, ambos tienen claro que ya han conocido al amor de sus vidas: sus perros. Otro aspecto que tienen en común.
Aída piensa que pegan bastante, aunque no las trae todas consigo. Mientras que él se propone ganarla por el estómago.
Finalmente deciden irse juntos, porque consideran que les queda mucho por conocer uno del otro y tomarse unos Red Bull juntos.
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