Letizia mantiene muy buena relación con las demás casas europeas. Por este motivo, se ha quedado estupefacta al conocer hoy que una pareja de aquellas se ha separado. Nos estamos refiriendo a la formada por Alberto de Mónaco, de 64 años, y Charlène, de 44 años.
Oficialmente no se ha confirmado esta ruptura, pero son ya numerosos los medios franceses que dan por cierta la situación. Es más, han llegado a desvelar que los aún marido y mujer han firmado un acuerdo que permitirá que ella pueda vivir fuera del Principado.
Letizia conoce la separación
Letizia, por su posición y su pasado como periodista, está siempre al día de la actualidad nacional e internacional. Y es la que la ha llevado a descubrir que los monarcas de Mónaco han decidido tomar caminos separados.
Prácticamente desde que Alberto de Mónaco y Charlène contrajeron matrimonio han tenido que soportar rumores. En concreto, habladurías que indicaban que lo suyo no era un amor sincero y que su relación estaba en la cuerda floja. Y estas informaciones se acrecentaron cuando ella estuvo en Sudáfrica durante varios meses para recuperarse de una enfermedad.
Ahora ya ha regresado a su hogar, pero los rumores no se han mitigado. Incluso se han acrecentado. Y buena muestra de esto es la información que ha publicado hoy la revista Voici.
En efecto, dicho medio ha desvelado que los príncipes de Mónaco han decidido poner punto y final a su relación. Eso sí, no tienen previsto que esto sea confirmado de forma pública. Es algo que, al parecer, van a mantener en su estricta intimidad.
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Letizia descubre el acuerdo de los monegascos
Letizia también habrá sabido que para que ninguna de las dos partes desvele su separación hay un acuerdo privado que han firmado. Según ha revelado la prensa, han rubricado un contrato confidencial que dispone de varias cláusulas. Estas, al parecer, han sido recogidas por petición de la exnadadora y como condiciones para no dar el paso de divorciarse.
En este documento se establece, por ejemplo, que Charlène recibirá anualmente la friolera de 12 millones de euros. Una elevada cantidad que le servirá para, entre otras cosas, iniciar y disfrutar de una vida nueva y en solitario. Al parecer, esta ha decidido llevarla a cabo en Ginebra (Suiza), en una casa muy próxima al hospital donde ha sido tratada de su enfermedad.
De igual modo, podrá recibir igualmente otras cantidades de forma periódica que irían destinadas a la adquisición de una residencia propia, por ejemplo.
Asimismo, se recoge en este contrato que, aunque esté alejada de Mónaco, podrá ir siempre que quiera hasta allí para estar con sus hijos. Y es que estos, los gemelos Jacques y Gabriella, vivirán con su padre. No obstante se ha estipulado que, como es lógico, los pequeños pasarán parte de las vacaciones con su madre.
Según la prensa gala, hay algo más importante en este acuerdo suscrito por la pareja. En él se establece que, a cambio de todo lo citado, ella seguirá ejerciendo como primera dama del país por el que es princesa. De ahí que deberá viajar hasta él para poder desarrollar el citado rol en los distintos actos oficiales (galas, fiestas nacionales...) que requieran su presencia.