Rafa Nadal atraviesa por uno de los momentos más complicados de su carrera. Después de caer la semana pasada en cuartos de final del Mutua Madrid Open, ayer también se despidió antes de tiempo del torneo de Roma. Y no porque sea inferior a sus rivales, sino porque unos problemas físicos le impiden rendir al 100%.
Compareció en rueda de prensa visiblemente molesto, harto de las continuas lesiones que le han mermado mucho en los últimos tiempos. Sin llegar a decirlo, en algún momento llegó a deslizar la posibilidad de retirarse del deporte. El cuerpo le ha dicho basta.
Todo esto a escasos días de que comience Roland Garros, el torneo de tierra batida preferido de Nadal. Una lesión en las costillas le mantuvo casi un par de meses apartado de las pistas. Pero el problema que padece ahora es otro.
Se trata de una molestia crónica en el pie izquierdo, que se le conoce como Síndrome de Müller-Weiss. Durante el primer set pudo rendir a un buen nivel, doblegando a su rival por un contundente 6-1. Pese a sus esfuerzos, acabaría cediendo los siguientes por 7-5 y 6-2 ante Denis Shapovalov.
El balear no trató de justificar en ningún momento su derrota, pero su bajo nivel de juego tenía una explicación. "Es difícil de entender mi día a día, no pretendo hacerme la víctima", empezó diciendo.
Señaló que "tengo lo que tengo. Mañana me voy a levantar fatal porque no me voy a tomar nada. Vivo con montones de antiinflamatorios".
El pasado mes de febrero, Rafa Nadal consiguió hacerse en Australia con su 21 Grand Slam. Su objetivo es desmarcarse de sus dos principales rivales: Roger Federer y Novak Djokovic, en esta batalla por ser el mejor de la historia. Esto es posiblemente lo que le lleve a seguir luchando y a no tirar la toalla antes de tiempo.
Confirmó que "si no tomo un antiinflamatorio voy cojo. Seguiré así hasta que aguante el tema y que mi cabeza diga basta". Eso sí, tiene claro que la situación no puede alargarse mucho más: "Así no se puede seguir por mucho tiempo".
Quiso aclarar que no es que se encontrase lesionado, sino que había aprendido a convivir con esa molestia. "No estoy lesionado, soy un jugador que vive con una lesión, está ahí y mi día a día es complicado", relató.
Es una situación un tanto preocupante para él. Admite que "lo intento, pero es difícil para mí. Muchos días no puedo entrenar bien; hoy, en la segunda mitad del segundo set me ha aparecido".
Le cuesta mucho alcanzar su mejor versión. Sabe que para competir contra los mejores "tienes que moverte bien y no puedo hacerlo del todo". Afronta esta situación con mucha preocupación.
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Rafa Nadal seguirá luchando por recuperar su mejor nivel
Rafa Nadal, pese a todo, no se desespera. Es consciente de que "solo queda luchar, tengo que volver y ahora estoy triste". Era un torneo en el que había puesto muchas esperanzas y "estar fuera es algo que no me gusta".
Va preparando el camino para cuando llegue el momento de decir adiós. "Llegará un día en el que mi cabeza me diga basta. Yo juego para ser feliz, pero claro, el dolor te quita la felicidad".
Las molestias físicas se han convertido en algo muy frecuente en su vida diaria. Hasta el punto de tener que convivir con el dolor. "Disfruto de lo que hago, pero me da muchos días de infelicidad", aclaró.
Tras caer en Roma, Rafa ya piensa en la tierra batida de París. "Miraremos hacia adelante, mi cabeza sigue preparada para asumir el reto. Sigo creyendo que voy a tener mis opciones la semana que viene", aunque para ello necesita que "mis pies me permitan jugar".